Mozo de espadas

Probablemente es la figura de la cuadrilla más desconocida por su falta de protagonismo público, no así por su importancia, ya que es la persona que da confianza, apoyo y devoción incondicionalmente a su maestro.

Estos además se ayudan entre ellos para que cada uno tenga mayor libertad mientras está toreando su matador.

Su responsabilidad profesional se compone de varios pilares básicos: su matador, su cuadrilla y el trabajo administrativo de todo lo relacionado con la temporada, asegurándose que todo va bien, siempre protegiendo la figura del matador.

El mozo de espadas supervisa con dedicación y constancia los trajes que elige su matador, manteniendo una estrecha relación con los sastres.

A partir de ese instante, ya no existe nada ni nadie más importante que su maestro.

Desde la ilusión de la tarde en general, el temor por la meteorología, hasta la mirada del toro en la plaza.

Legado el momento del desplazamiento del hotel hacia la plaza, es cuando el mozo de espadas actúa como filtro frente al público, la prensa, los conocidos, todo ya todo lo que se acerque a su matador, para evitar que algo pueda dañar la tranquilidad del el maestro antes de la faena.

En la plaza sumamos a las conversaciones entre torero y mozo de espadas, las fugaces miradas.

El mozo de espadas siempre protector, apoyado en las tablas y con la mirada fija en los ojos de su matador, cuando está en el ruedo y en su espalda cuando está a la espera.

En todo momento está leyendo las inquietudes del torero, sin perder nunca la concentración y asistir desde el callejón, con el agua, la toalla, las espadas, muletas, capotes o cualquier otra cosa que este necesite.

Mientras el mozo, su protegido un maestro de los seguidores entregándoles fotos firmadas a su gente.

Antonio Márquez ,mozo de espadas, listo para las atenciones de su matador.