Volapié

Se llama volapié o vuela pies a la forma más habitual en la tauromaquia actual de dar muerte a los toros con la espada o estoque.

Para ejecutar la suerte, el torero se coloca delante del toro, cita al animal con la muleta baja para que humille y descienda la cabeza, a continuación corre hacia el toro y se deja caer sobre el animal clavándole la espada en la parte alta de la región dorsal, entre los dos brazuelos, lugar conocido como cruz.

Se cree que esta forma de estoquear a los toros fue inventada por el diestro Joaquín Rodríguez Costillares en el siglo XVIII, con la finalidad de dar muerte a los animales que llegaban muy parados a la última fase de la lidia y por lo tanto no se podían estoquear fácilmente con la suerte de recibir que era en aquella época la utilizada habitualmente.

[2]​ Antes de la invención del volapié, existían grandes dificultades para dar muerte a los toros que no tenían movilidad en el momento de entrar a matar, a los que en ocasiones era preciso pinchar a la media vuelta o alancear desde el callejón mediante una larga vara que se denominaba punzón.

[4]​ El mismo desastroso resultado tuvo, en 1801, el volapié que ejecutó Pepe Hillo para matar al toro Barbudo, perteneciente a la ganadería de Joaquín Rodríguez, recibiendo el torero en el encuentro una aparatosa cogida que acabó con su vida veinte minutos después en la enfermería de la plaza.

Suerte de matar a vuela pies
El diestro Agustín García «Malla» estoqueando a volapié.