El Espartero

Uno de sus pases más característicos era citar al toro de lejos con la muleta plegada en alto, para luego desplegarla a medida que el animal avanzaba.Muchos años después otro torero sevillano, Pepe Luis Vázquez lo ejecutó de la misma manera, según las explicaciones que recibió de su abuelo que había pertenecido a su cuadrilla.El paso del cortejo fúnebre fue presenciado por una gran multitud y 20.000 personas, la mayoría mujeres, pasaron ante el cuerpo del diestro en la capilla fúnebre.[4]​ En su tumba, se representa simbólicamente la muerte con una columna rota por la mitad.Varios escritores se han servido de la vida de El Espartero para sus narraciones, como Vicente Blasco Ibáñez en su novela Sangre y Arena, Fernando Villalón, que le dedicó un poema, y el periodista y escritor Fernando Martínez, que relata su vida en la novela La tarde más larga, publicada por Editorial Almuzara.