[2][3][1][4][5] Fue el Impulsor junto con los toreros de su época, de las reformas de la lidia que fijaron la nueva forma del arte de torear a pie en el que se impuso el uso del estoque y la muleta,[6] y empleó e introdujo la técnica del volapié en la lidia a pie inventada por Costillares poco antes.
[11][1] Las corridas reales, descritas en detalle por J. Sánchez de Neira en Gran Diccionario Turomáquico (1789), fueron celebradas los días 18, 21, 24 y 28 del mes de septiembre y para dichos actos se cofeccionaron ordenanzas municipales excepcionales para regular el comportamiento del público, los adornos de los edificios o el precio de los balconcillos, fijado en mil reales el balcón principal de sombra por la tarde y treinta y dos el tendido común.
El 21 de septiembre (segunda tarde) el cartel para la lidia a pie estuvo compuesto por Pedro Romero, Joaquín Rodríguez Costillares, José Delgado Pepe-Hillo y Juan Conde, los toros de entre cuatro y seis años fueron traídos de Castilla, Extremadura, La Rioja, Aragón, La Mancha y de Colmenar.
[11] En 1789 en otras funciones reales con motivo de a exaltación al trono de Carlos IV, Juan Conde lidió como primer espada junto Pedro Romero, Costillares, Pepe-Hillo y Francisco García, junto con los picadores Juan y Manuel Jiménez, Rivillitas, Padilla, Diego Molina López, Tinajero y Juan Marchante.
[1] Amigo personal de Pepe-Hillo, Francisco de Goya lidió y rejoneó algún novillo haciendo el paseíllo junto el conocido torero y Juan Conde.