Pepe-Hillo

Se le ha descrito como de estilo frágil, sensual y como gran torero.

Se dice que de su rivalidad taurina con el rondeño Pedro no salió siempre muy bien parado.

El golpe de caída le hizo perder el sentido, la contusión fue suficiente para evitar que esquivara o se cubriese al menos de mayor daño del toro.

Entretanto, en el resto de la arena se volcaban a terminar con el astado, moribundo también.

Hubo además otros testigos presenciales ilustres, como la propia reina María Luisa, que dejó un impresionante testimonio del hecho en una carta enviada a Manuel Godoy.

Pepe-Hillo haciendo un recorte al toro. Grabado de Francisco de Goya perteneciente a la serie La tauromaquia .
Portada de la primera edición de la Tauromaquia de Pepe Hillo (1796).
Cogida mortal de Pepe-Hillo en la Plaza de Madrid . El grabado, desechado por Goya, representa de forma muy fiel el momento de la cogida posterior al representado en el grabado 33, con el diestro cabeza abajo y con los pies en alto, mientras el picador Juan López carga contra el toro a caballo levantado.
Grabado número 33 de la serie La tauromaquia de Goya. Representa el primer momento de la cogida de Pepe-Hillo, antes de que el toro lo elevase por los aires.