[2] Se postula que todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen derechos que deben ser respetados, siendo uno de los más relevantes, el derecho a la libertad y al no sometimiento a vejaciones o sufrimientos atribuibles a conductas discriminatorias y arbitrarias por parte del ser humano.
La idea según la cual es aceptable que los animales sean explotados por los humanos para comida, vestido, u otras razones, proviene de tres fuentes principales:[cita requerida] El psicólogo Richard D. Ryder afirma que en el siglo VI antes de Cristo se incuba el primer encuentro de consideración del tratamiento a los animales.
[3] Había cuatro escuelas influyentes en la Grecia Antigua: animismo, vitalismo, mecanicismo y antropocentrismo.
Pitágoras fue vegetariano y un "liberador" en cuanto a que compraba animales del mercado para darles luego la libertad.
[3][5] La Biblia da a entender que el ser humano puede usar a los animales como alimento y para sacrificios con motivo religioso, como reza en Deuteronomio 12:15: «Sin embargo, podrás matar y comer carne dentro de todas tus puertas, conforme a tu deseo [...]»,[6] y en 14:3, se permite comer «cualquier animal que tenga la pezuña partida» (ciervo, oveja, etc.), menos el cerdo; de los animales marinos «les estará permitido comer todos aquellos que tengan aletas y escamas» y, respecto a las aves, se pueden comer todas menos las que se encuentran ahí relatadas (águila, cuervo, golondrina, etc.).
La ley de Dios prescribía que se diera un trato humanitario tanto al asno como a los demás animales domésticos: si un asno estaba echado bajo el peso de su carga, tenía que ser librado de ella, y no estaba permitido poner juntos en un mismo yugo a un asno y a un toro.
[9] En el Nuevo Testamento, en Mateo 15:10-20 y Marcos 7:14-23, Jesús hace referencia a la costumbre de no comer cerdos y demás animales "impuros" según el Antiguo Testamento, y declara que: «¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo [...]?.
[13] En el "corpus iuris civilis" (529) por Justiniano I ya se encontraba la consideración hacia los intereses de los animales.
El Profeta Mahoma (570-632) consideraba permisible matar a animales, aunque hacerlo sin necesidad aparente o con crueldad fue prohibido.
[15]Los derechos de los animales son un tema controvertido, debido a que no existe consenso sobre los mismos, ni acuerdos internacionales al respecto.
La mente según Descartes consistía en una sustancia separada conectando a los seres humanos con el espíritu de Dios.
[16] Las primeras leyes conocidas fueron pasadas en Irlanda el año 1635[17] prohibiendo esquilar lana de ganado ovino y atar arados a las colas de los caballos basándose en la crueldad usada frente al animal.
[18] Ward listaba los rights (derechos) que el tribunal general de la colonia adaptó más tarde.
[19] Esta ley es considerada muy destacable por oponerse a las ideas de Descartes, que tenían gran influencia en aquel momento.
Kathreen Kete del trinity College, Hartford, Connecticut escribe que leyes fueron aprobadas en 1654 como parte de las ordenanzas del protectorado - El gobierno bajo Oliver Cromwell duró desde 1653 hasta 1659 (durante la guerra civil de Inglaterra).
Oponiéndose a la postura de Descartes, el filósofo John Locke (1632-1704) (Some Thoughts concerning education: Algunos pensamientos educativos, 1693) argumentaba que la crueldad con los animales tendrá efectos negativos sobre la evolución ética de niños, que más tarde transmiten la brutalidad a la interacción con seres humanos, pero no consideró ningún concepto de derechos.
Buffon, un naturalista francés, cuestionó si se podía dudar de que los animales "cuya organización es similar a la nuestra, deben experimentar sensaciones similares "y que" esas sensaciones deben ser proporcionadas a la actividad y perfección de sus sentidos".
[20] Esto lo retoma en "Poème sur le désastre de Lisbonne", Voltaire donde describió un parentesco entre los seres humanos y otros animales.
[22] Aunque no creía que tuviéramos ningún deber hacia los animales, Kant sí creía que ser cruel con ellos era incorrecto porque nuestro comportamiento podría influir en nuestras actitudes hacia los seres humanos: si nos acostumbramos a dañar a los animales, entonces es más probable que veamos dañar a los humanos como aceptable.
Según Singer existen seres humanos que no constituyen una persona en este sentido.
Por otro lado, existen varios animales que constituyen una "persona": seguramente los homínidos y, quizá, todos los mamíferos.
Si esto es sin duda la base para atribuir valor inherente a los individuos, para ser consistentes debería atribuirse valor intrínseco y, por tanto, derechos morales, a todos los sujetos de una vida, ya sean humanos o no humanos.
Esto es, porque los intereses de una propiedad no tienen un valor propio, sino los del amo que las posee.
Así como sus predecesores, Francione usa un enfoque basado en el padecimiento, o sufrimiento, a la hora de identificar sujetos con autonomía.
[29] El consenso mínimo se halla, en esencia, en respetar el derecho a la vida de los animales; y en la práctica, en mejorar la situación de los animales evitando utilizarlos como medios para fines humanos.
Cada capítulo elabora casos y comentarios donde los derechos de los animales afectan estas áreas más amplias.
El filósofo jurídico y jesuita Norbert Brieskorn dice que quienes intentan admitir derechos para los animales más desarrollados tendrán que dar respuestas a las preguntas: Algunos autores abogan una analogía del tratamiento que se da a los animales con el holocausto judío, como es el caso de PETA muestra en la publicación The Holocaust on your plate[39] imágenes de judíos en campos de concentración comparados con animales maltratados.