Autómata (mecánico)

La Edad Media supone un avance en la creación de autómatas tras el período romano en que no se generó ninguna aportación importante.

[4]​ Los hermanos Banu Musa trabajaban en la Casa de la sabiduría, y el libro fue un encargo del califa Al-Mamun, que dio instrucciones a los Banu Musa para recopilar de las diversas obras grecolatinas que se habían conservado todo el saber al respecto.

Dentro de esta vertiente cabe destacar su complejo reloj elefante, animado por seres humanos y animales mecánicos que se movían y marcaban las horas, o un autómata con forma humana que servía distintos tipos de bebidas.

Leonardo da Vinci (1452-1519), hombre por excelencia del Renacimiento, diseñó al menos dos autómatas de los que se tenga constancia.

Fue diseñado alrededor del año 1495, aunque como muchos otros inventos de Leonardo no fue construido.

Otros autores más conservadores solo consideran a este autómata un muñeco de palo estático, que se colocó en la ciudad para recoger fondos para la apertura de un hospital.

Pero cuentan que tras la muerte de su hija ilegítima Francine, de cinco años de edad, se sintió tan deprimido que se propuso construir una muñeca autómata lo más parecida a la fallecida, uniéndose tanto a aquella figura que según describen la trataba como “mi hija Francine”.

Cual fue su espanto al comprobar que aquella muñeca se levantaba y movía.

Sobre esta última función versó su primera creación, “El Flautista”, figura con forma de pastor y de tamaño natural que tocaba el tambor y la flauta con un variado repertorio musical.

Más tarde, en 1738, crea su segundo autómata, llamado “El Tamborilero”, como una versión mejorada del primero.

En esta ocasión la figura tocaba la zampoña de Provenza y el tamboril con veinte melodías distintas.

Pierre Jaquet-Droz, suizo nacido en 1721, fue el responsable de los tres autómatas más complejos y famosos del siglo XVIII.

Sus tres obras maestras («La pianista», «El dibujante» y «El escritor») causaron asombro en la época, llegando a ser contemplados por reyes y emperadores tanto de Europa como de China, India o Japón.

Compuesta por 2500 piezas, podía mover los ojos dirigiendo la mirada del piano a los dedos, inclinar el cuerpo, respirar y al finalizar cada tema hacer una reverencia.

Si bien el mecanismo actual es del siglo XVIII, sustituye a un artilugio parecido de fecha anterior.

Hoy día se les conoce popularmente como Calendura y Calendureta.

A Vicent, el pueblo le añadió Calendureta, como diminutivo de Calendura.

La cultura asiática, especialmente China y Japón, ha tenido una gran tradición de autómatas que se ha mantenido desde tiempos muy antiguos hasta la actualidad.

En tiempos más cercanos se habla de varios emperadores chinos que, curiosos por estos inventos, apoyaron la creación de todo tipo de autómatas, desde los que poseían forma animal (pájaros, caballos, gatos, monos, etcétera) hasta otros con forma humana y que andaban, bailan o tocaban instrumentos.

Ya entrados en el siglo XX y XXI se ve cómo la tradición del karakuri se mantiene en los modernos robots japoneses, con la creación de complejísimos robots antropomorfos como ASIMO, QRIO o Repliee Q1 o mascotas robóticas como Aibo, descendiente directo de los autómatas animales de siglos pasados.

La leyenda y el mito han influido mucho en este tipo de mecanismos, encontrándose las primeras versiones en antiguos cuentos árabes.

Una puerta en la parte frontal se abría y dejaba ver el supuesto mecanismo de funcionamiento del autómata.

Más tarde se dijo que, a lo largo de su historia, el autómata había tenido varios operadores que movían el mecanismo gracias a un tablero de ajedrez secundario.

Así, se puede considerar a estos autómatas, tanto los falsos como los reales, como pioneros de los modernos juegos de ajedrez informáticos y de ordenadores como Deep Blue, que mantienen el mismo espíritu y objetivos que sus predecesores: conseguir que una máquina pueda vencer a la mente humana.

Herón de Alejandría.
Reloj elefante creado por Al-Jazari.
El canard digérateur de Jacques de Vaucanson , aclamado en 1739 como el primer autómata capaz de hacer la digestión .
«La pianista» de Jaquet-Droz.
El Papamoscas de la catedral de Burgos.
Karakuri japonés.
Caja de pájaro cantor autómata fabricada hacia 1890 por la casa francesa Bontems. Caja de carey con autómata finamente elaborado compuesto por plumaje iridiscente de colibrí y pico de hueso.
"El Turco" tal y como lo veía el público.
Posible funcionamiento real de "El Turco".
Ilustración original de Enrico Mazzanti para " Las aventuras de Pinocho ".