Fundador de una dinastía taurina fundamental para la historia de la tauromaquia, se le atribuyen importantes aportaciones en un periodo clave en el que se definió la lidia moderna a pie, como fue el uso de la muleta y del estoque para matar al toro frente a frente.
En los primeros años del siglo xviii, en Ronda, Francisco Romero, al final de una corrida de toros, pidió autorización para matar él mismo al toro.
[2][3] Pronto se repitió la nueva suerte en otras plazas y se convirtió en un auténtico profesional, dando inicio al toreo a pie como espectáculo moderno.
El uso de lienzos —blancos y colgados de un palillo— es probablemente anterior al torero rondeño, y su evolución hacia la muleta fue paulatina durante este poco conocido periodo taurino, pero es posible que Francisco Romero sí generalizase su uso para matar al toro frente a frente y como instrumento de la lidia.
En cualquier caso, si Francisco Romero no es «el inventor» de la corrida moderna, es el primer matador en haber ejercido su arte de manera habitual y profesional.