Este último, le dio un dote semejante a una pequeña fortuna en oro y que unida a las pertenencias de Gutíerrez Altamirano, les dio el capital necesario para iniciar su empresa agrícola-ganadera, misma que se convertiría en la primera de América Latina.Se le llevó a juicio y sus propiedades fueron confiscadas.Más tarde en 1531, ya esclarecido el juicio, se le devolvieron sus propiedades y la segunda Audiencia llevándolo de nuevo a juicio lo declaró inocente.[4] En 1558, conforme a la ley, Juan Gutiérrez Altamirano formó un mayorazgo, acabando con las disputa por territorio y dejando claro que la posesión de sus propiedades pasaría al heredero varón legítimo.Sin embargo, no fueron traídos para iniciar la producción de ganado en Nueva España sino con la única finalidad de celebrar los grandes festejos que los virreyes llevaban a cabo.