Juan Belmonte

[1]​ Abanderó la edad de oro del toreo junto a José Gómez «Joselito».Hasta 1920, fecha en que el mítico hijo de Fernando Gómez «El Gallo» sufrió su fatal cogida, la rivalidad profesional de Belmonte con Joselito hizo que la popularidad del toreo llegara a cotas nunca vistas antes ni después en la sociedad española.[5]​ El riesgo que asume llama pronto la atención y comienza a forjarse la leyenda del Pasmo de Triana.Se convirtió en ganadero y continuó toreando hasta el inicio de la guerra civil española (1936).Puso en práctica los tres tiempos de la lidia: parar, templar y mandar, a lo que más tarde agregó cargar la suerte.[cita requerida] Su heterodoxia la ilustra la sentencia de Rafael Guerra (un matador de toros muy reconocido cuando comenzaba Belmonte su carrera), que le acompañó durante toda su carrera: «Darse prisa a verlo torear porque el que no lo vea pronto, no lo ve».[cita requerida] El público quería verlos juntos y coincidieron en decenas de corridas durante varios años, lo que hizo que ambos se influyesen y evolucionasen mutuamente, configurando también de forma definitiva el futuro del toreo moderno.[cita requerida] Llegaron a organizarle un homenaje, en el que Valle-Inclán pronunció un encendido discurso en su favor.Ningún torero ha tenido, antes ni después, tanto apoyo entre intelectuales del máximo nivel.Había este señor oído campanas acerca de la biografía del gobernador rehiletero, pero no sabía dónde, y viéndolo en el palco presidencial, le preguntó al Pasmo de Triana: «Don Juan, ¿es verdad que este señor gobernador ha sido banderillero suyo?».
Juan Belmonte novillero (1909), por Julio Romero de Torres . Colección privada.
Belmonte toreando en Madrid (1914)
Belmonte (a la derecha) posa junto a Joselito «El Gallo» en la Plaza de Murcia en abril de 1920.
Juan Belmonte en la portada de la revista Time del 5 de enero de 1925.
Estatua de Belmonte junto al Puente de Triana , en Sevilla, obra de Venancio Blanco , del año 1972.