[19] El Ayuntamiento de Sevilla le ofreció a la familia optar entre dos recursos: una prestación económica para que Manuel concluyese sus estudios o bien una renta durante algunos años.
[29] Por esta época, Chaves Nogales hacía frecuentes viajes a Madrid, donde colaboraba con periódicos de ámbito nacional, como El Sol.
Dos años después, en junio de 1923, estrenó en Puente Genil la obra titulada Rescoldo que se hace llama, escrita, igualmente, con García-Hidalgo.
[47] Chaves Nogales viajó a Andalucía y cubrió todos estos acontecimientos para el Heraldo de Madrid.
[48] En 1926 viajó a Santa Olalla del Cala para investigar la desaparición de una persona y el atentado contra un policía.
Durante varios días, Chaves estuvo informando sobre esta historia con radiogramas y crónicas transmitidas por avión con titulares impactantes.
El periódico fue publicando las crónicas del viaje entre agosto y noviembre de ese año.
El viaje también le sirvió para elaborar una serie de artículos aparecidos mensualmente en la revista Estampa en 1929.
[58] En una crónica dedicada a Mijaíl Kalinin había sido censurado un párrafo que decía:[61] En sus crónicas del viaje de 1928 también tuvo que recurrir a la autocensura en temas como el catalanismo, el aspecto religioso y la Sociedad de Naciones.
Estos reportajes narran las vivencias del bailarín durante la Revolución Rusa de 1917 y la guerra civil que tuvo lugar posteriormente.
[74] Entre las personalidades que visitaron a Chaves en su casa estuvieron Pío Baroja, Juan Belmonte y Manuel Azaña.
[93] En una crónica titulada 10 000 comunistas dice que, en realidad, no había ni un solo comunista auténtico en España y mucho menos en Andalucía, para continuar su análisis en otra crónica titulada Todos, anarcosindicalistas, donde hablaba de que el campesinado andaluz era anarquista.
En esta última crónica indica que el campesinado no era socialista porque ignoraba las palabras "prudentes" de Besteiro o Largo Caballero y tampoco era comunista porque ni siquiera los dirigentes comunistas sabían de qué trataba esa ideología.
Este entrevista fue publicada en Estampa con el título Juan Belmonte en medio de la revolución social.
A la comida también acudieron Federico García Lorca, Jorge Guillén, Joaquín Romero Murube, José María del Rey Caballero, Sánchez del Arco, Antonio Núñez de Herrera, Andrés Martínez de León, Antonio Otero y Fernando Risquet.
[115] Chaves Nogales se desplazó a Cataluña para ver el efecto que tenía en la región la victoria del Frente Popular en las elecciones generales de 1936.
[116] Entrevistó a los políticos catalanes Carles Pi i Sunyer, Juan Moles, Luis Nicolau d'Olwer y Lluís Companys, entre otros.
[122] Estallada la Guerra Civil, el 26 de julio la empresa del diario Ahora y la revista Estampa fue incautada por un Consejo Obrero.
[136][133] Entre julio y diciembre de 1937 aparecieron estos relatos sobre la guerra civil en la revista cubana Bohemia.
[138] Los nueve primeros relatos aparecieron reunidos en un libro en Chile en 1937 con el título A sangre y fuego.
[135] En 1937 se fundó en París el Comité Espagnol pour la Paix Civile et Religieuse, una organización similar a las que habían surgido en Inglaterra, Suiza, Francia y Argentina.
En estos comités se integraban intelectuales que pedían una mediación internacional para poner fin a la guerra civil española.
Esto favorecía contactos entre personalidades como Chaves Nogales, Léon-Paul Fargue, Sebastián Miranda, Salvador Reyes Figueroa, Azorín o Pío Baroja.
[151] En junio de 1940, cuando los nazis se acercaban a París, Manuel Chaves Nogales decidió marcharse y le dijo a su familia que destruyese todos sus documentos periodísticos y la pequeña imprenta de donde salía el Sprint.
La familia había colocado en el domicilio una bandera española y una foto de Franco para que la vieran los nazis.
José Chaves había convenido con el alcalde que la familia viviría allí en calidad de vigilados y sin salir del pueblo.
[164] Chaves ofreció la posibilidad de escribir para la Atlantic Pacific Press Agency a refugiados españoles como Carles Pi i Sunyer, Salvador de Madariaga, Esteban Salazar Chapela, Luis Cernuda, Luis Araquistáin y otros para que sus artículos llegasen a la prensa iberoamericana.
[162] El Ministerio de Información británico cedió esta labor a la Atlantic Pacific Press Agency en 1941.
[170] Realizó un viaje a Bath para investigar la vida del prócer colombiano Francisco Antonio Zea.
[173] Esta nueva agencia tuvo su sede también en Fleet Street[174] y suministraba artículos a periódicos iberoamericanos.