Flamenco y tauromaquia

Este nexo se hace evidente por proceder, tanto los toreros como los bailaores y cantaores, del mismo entorno social.La presencia de la tauromaquia en el flamenco se advierte, por un lado, en el amplio repertorio de letras flamencas que aluden al mundo del toro.De ese modo, es común rastrear versos en el flamenco que traten sobre alguna figura del toreo (resaltando cualidades como la valentía o la “torería”), sobre el toro y su mística o sobre el riesgo y los infortunios de la profesión torera.Paralelamente, en el toreo se pueden encontrar analogías en cuanto a los tiempos de las interpretaciones, por ejemplo, en el pase natural que se puede asimilar a una soleá o una siguiriya, o las manoletinas a la saeta.con la cual se destaca y se alienta tanto al torero como al artista flamenco; y siguiendo con otros numerosos vocablos utilizados tanto en uno como en el otro ámbito, tales como desplante, temple, y tercio[3]​ entre otros.
En la postura del cuerpo y brazos de este bailaor flamenco se observan semejanzas con la postura de un torero al proceder a plantar las banderillas.
Torero en el acto de clavar las banderillas.