Encaste

Encaste, en tauromaquia, es como se denomina al resultado obtenido por cruzar el ganado bravo o refrescarlo.

Este proceso puede durar años y los resultados obtenidos, en cuanto a las características se refiere, son las que conformarán el trapío del toro.

[6]​ Las grandes ganaderías destinadas a criar toros bravos para la lidia —conjunto de suertes que se practica con el toro durante la corrida de toros— se formaron entrado el siglo XVIII.

Del mismo siglo se tienen además, datos sobre ganaderías en otras zonas como Navarra, Castilla, Aragón, Andalucía y Cataluña.

En España son varias las castas que están consideradas como las primeras o fundacionales, mediante los encastes se fueron desarrollando las diferentes ganaderías descendientes.

[16]​ El prototipo de la casta Cabrera es de toros altos y constitución tipo galgueña —con pata larga y poca barriga—; duros a la hora aguantar la pelea con el picador y a la hora de embestir; pueden ser recelosos, lo que les hace tardar en acudir cuando se los cita; cuando acuden, lo hacen con actitud defensiva.

Cuando la lidia es deficiente desarrollan sentido buscando el cuerpo del torero sin hacer caso de la muleta.

Considerado por el escritor Luis Fernández Salcedo en su libro de "los trece ganaderos romanticos" como máximo exponente.

La otra parte de la ganadería, con origen vazqueño, fue adquirida por otros ganaderos que le dieron también renombre e importancia.

[22]​ La sangre y por tanto el linaje del toro vazqueño fue la predominante, con mayor o menor grado de pureza, durante el siglo XIX y se mantuvo presente hasta principios del siglo XX en muchas ganaderías españolas; algunas ganaderías siguen lidiando todavía toros de descendencia Vázquez.

Estas reses de los hermanos Ribas no estaban orientadas a ser lidiadas.

Pelo negro, algún cárdeno o castaño suave (en tauromaquia: melocotón), con ojos de perdiz.

[28]​ Parladé Encaste Urcola Murube-Urquijo Antonio Pérez de San Fernando Baltasar Ibán Contreras Saltillo (ganadería) Santa Coloma Albaserrada Celestino Cuadri (1954) Nota: De la casta Vistahermosa derivan dieciséis encastes.

Los toros de esta zona salmantina tienen muchos pies, es decir son rápidos a la hora de acudir al engaño o acometer; cuando se les castiga en varas o banderillas huyen, hacen una lidia desigual y con poco lucimiento.

Dan buen juego en los festejos sin picadores y en las capeas que celebran los pueblos durante las fiestas populares.

Los que presentan el pelo berrendos en negro, jaboneros y colorados no se consideran moruchos puros aunque conserven otras características de la raza, pues proceden de cruzas[37]​ con reses vazqueñas.

[39]​ Se forma con toros bravos salvajes del área de Tudela y en Aragón.

[40]​ Hacia la mitad del siglo XVIII en Navarra, existen toros procedentes de vacas criadas en los Pirineos y en diversas regiones españolas.

Zalduendo † Juan Antonio Lizaso † Felipe Pérez Laborda † Guendulain ⇒ Carriquiri Atenco Quintanar Nota: La casta Navarra está extinguida, apenas queda algún semental de Nicasio Casas y la línea de México.

[45]​ Unos años más tarde se importan reses vacunas para crear asentamientos ganaderos en México, Colombia, Venezuela, Perú y Ecuador.

[46]​ José María Cossío, en su obra El toreo, menciona la existencia en México de ganado criollo autóctono cruzado en varias ocasiones con toros procedentes de Andalucía destinados a ser sementales o para la lidia.

Los lugareños, atemorizados por las correrías de los toros llevaron las quejas hasta el Virrey Velasco.

[54]​[47]​ Las vacas camargueñas con el tiempo fueron cruzadas con sementales colmenareños, andaluces, y salmantinos además de los navarros, produciendo reses de cornamenta más regular y más resabios —de malas costumbres adquiridas durante la lidia—.

El prototipo del toro camargués es nervioso, duro, áspero y bravo, adecuado para ser lidiados.

En Portugal existía una raza de toro bravo, según explica José María Cossío, suficiente para cubrir los festejos que se pudiesen celebrar en el país luso.

Sobre este aspecto, José María Cossío, hace mención al sentido —la búsqueda por parte del toro del cuerpo del torero— que desarrolla el toro de lidia portugués:«...el ganado portugués es muy basto, y aun afirman, aunque puede no ser exacto, que aunque se lidie varias veces a la misma res, no se picardea.

[nota 4]​.»Las características del toro portugués corresponden a un toro corpulento, fuerte, veloz en la carrera, ágil para saltar la barrera de la plaza, codicioso sin darle tiempo al torero a reponerse —recolocarse— de la suerte.

[64]​[65]​ Rafael Molina «Lagartijo», en 1880, adquiere ciento cincuenta vacas, la mayoría procedentes de la ganadería Cunha.

M. Serrano García Vao «Dulzuras» en su obra Catecismo taurino (1908), recoge la importancia de la ganadería de Gamma:« Respecto á condiciones de nobleza y bravura, lo poco que se ha visto hace concebir grandes esperanzas, y no dudamos que saldrán bastantes ejemplares que, como el célebre Gaditano, lidiado en Madrid el día 7 de julio citado, den honra y prez á las cintas encarnada, amarilla y azul.

De estas condiciones surgen toros con patas fuertes, que no se cansan durante la lidia.

Festejo de 1808.
Corrida de toros en una plaza partida, siglo XIX por Goya
Toro de Miura procedencia encaste Cabrera.
Toro berrendo en colorado.
Toros negro y " colorao " de Baltasar Ibán. Origen Casta Vistahermosa línea de encaste Contreras.
Toro "colorao".
Ganadería castellana, dehesa salmantina.
Mazzantini en México.)
Rafael Molina "Lagartijo".