Alfarería

[nota 3]​ Si bien Nebrija, en el umbral del siglo xvi, ya utilizó el término griego ceramion, se le atribuye al arqueólogo Giovanni Battista Passeri la responsabilidad de incluir la voz cerámica en el contexto lingüístico moderno en una obra impresa en Venecia en 1768.

[8]​ Joan Corominas anota de que dicho vocablo llegó a España en 1869, un siglo después.

Su entorno, originalmente, era local: arcillas y combustibles del lugar, obradores anexos o incluso dentro de la vivienda, técnicas elementales; pero con el tiempo ha incluido también la fabricada con recursos modernos pero respetando el espíritu tradicional de las piezas y su simbolismo.

También hay piezas del III milenio a. C. encontradas en Cataluña, Provenza, Córcega y Dalmacia; en este caso, su decoración se basa en la impresión con conchas característica de la cerámica cardial (también llamada «montserratina» por su gran abundancia en el macizo de Montserrat.

[28]​ Los hallazgos arqueológicos en el Alto Egipto, en la fase Naqada I, hacen suponer que desde el 4500 al 3500 a. C. se practicaba la agricultura.

[31]​ En el mismo periodo Neolítico, la alfarería doméstica apareció en pequeñas poblaciones como en el yacimiento de Hacilar (oeste de Turquía), estas piezas se reducían en vasijas cocidas a baja temperatura y decoradas con franjas lisas pintadas con arcilla blanca no ferrosa.

Las jarras con pitorro son comunes durante el estilo cicládico y normalmente realizadas con una pintura mate.

Ollas de color rojizo y negro aparecen en Perú ya en el período un poco más tardío, hacia el 2000 a. C. La cultura Huari, fue una civilización andina que floreció en el centro de los Andes aproximadamente desde el siglo VII hasta el XIII, entre las piezas que destacan se hallan los huacos.

[38]​ Las técnicas se fueron transmitiendo lentamente desde el Oriente Próximo hacia Europa occidental, y también a la península ibérica, con un desfase de unos dos mil años aproximadamente.

En Andalucía Occidental el tipo de urnas presenta una decoración punteada mientras que en la parte oriental son lisas y bruñidas.

La señal más evidente en cuanto a la cerámica es el modelado del alfarero y el horno de doble cámara.

Esta cultura talayótica solamente se dio en las islas de Mallorca y Menorca.

[51]​ Durante más de cinco siglos, los griegos, celtas, iberos y cartagineses se yuxtaponen por toda la península.

Las diferencias entre las diversas regiones son evidentes y se conservan hasta la Edad Contemporánea.

La cerámica evoluciona a partir de la llegada de los recién llegados que se establecen en el territorio y que enseñan nuevas técnicas artesanales, así como nuevos hábitos en la agricultura y en la cultura culinaria.

[52]​ Los griegos fueron los que denominaron con la palabra Iberia las costas occidentales del Mediterráneo y, por tanto, los íberos eran sus habitantes.

Según las excavaciones arqueológicas la zona comprendía desde Narbona hasta el valle alto del Guadalquivir.

No solo llegan a la península grandes cantidades de cerámica, sino también operarios que traen e implantan su técnica y su saber.

A partir del siglo I a. C., procedente de la Magna Grecia, se introduce en todo el territorio las primeras vajillas finas y los vasos de colores vivos, piezas que son copiadas en todos los talleres artesanos.

Los centros de producción en la península se encontraban en Teruel, Granada, Andújar, Linares, Solsona, Mérida y La Rioja.

El uso de arena y otros materiales le dan al producto final un acabado con variadas texturas.

Así mismo, pueden mezclarse partículas combustibles junto con la arcilla, o presionar la superficie, para obtener diferentes texturas.

También se puede hacer una analogía con la marquetería, presionando pequeños bloques de arcilla coloreada conjuntamente.

El bruñido, al igual que la técnica del mismo nombre con la que se trabaja el metal, requiere frotar la superficie de la pieza contra otra superficie pulida (generalmente se utiliza acero o piedras) hasta alisar, pulir y sacar brillo a la arcilla.

Para conseguir una superficie más acabada, puede aplicarse una fina capa de barbotina sobre la arcilla semiseca.

Los engobes generalmente son aplicados cuando la pieza se encuentra cruda, en estado de «cuero».

Es usual que las piezas decoradas con engobe tan solo pasen por el horno cerámico una vez.

El agua es utilizada para mantener la plasticidad de la arcilla durante el modelado, sin que aparezcan rajaduras.

Cuando la pieza está totalmente seca, su color es más claro, y adquiere mayor dureza.

Los instrumentos musicales también tienen su representación en la alfarería, como todo tipo de flautas populares, el cuerno, la ocarina —la más completa suele tener ocho agujeros y la más sencilla uno o dos—, que también se utilizan como reclamo de caza.

Alfarera modelando una vasija con el torno eléctrico
Vasija del período Jōmon ( Japón ) considerada de las más antiguas del mundo
Descripción del oficio alfarero en un panel de azulejos de Talavera de la Reina en una calle de Madrid
Cerámica egipcia de la cultura Naqada I , circa 3700 a. C.
Cerámica cardial de la cueva de La Sarsa, Valencia
Aríbalo incaico . Museo de Arte Precolombino, Cuzco , Perú
Utensilio de Cogotas II, en el Museo Arqueológico de Valladolid
Enterramiento de la cultura de El Argar dentro de una tinaja
Vaso campaniforme encontrado en Ciempozuelos , fue realizado con arcilla negra, pulido con una capa de barro fino y decorado con motivos geométricos de pasta blanca
Utensilios de mesa iberos y griegos en Castellet de Bernabé de ( Valencia )
Cerámica ibérica en el Museo Arqueológico de Alicante
Cuenco de terra sigillata del siglo I procedente de Linares , Jaén
Alfarera chilena modelando a mano (urdiendo) una vasija
Proceso de modelado con torno eléctrico
Modelado de cerámica en torno
Lucerna romana con engobe , del siglo I encontrada en Huesca
Museo de Ávila. Diversas formas
Ánforas romanas en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena (España)