Ceramología

[1]​[a]​ Incluye desde las más sofisticados vasijas hasta objetos sencillos como ladrillos o tejas, además de otros posibles elementos decorativos arquitectónicos.Una de las primeras fuentes donde se menciona, aunque relacionada con la decoración, es una cita del experto en cerámica W. Hamilton, que empleó la palabra ceramograf, entre 1791 y 1795.Medio siglo después aparece en el título de un clásico sobre la cerámica griega, Élite des monuments céramographiques: matériaux por l'histoire des religions et des moeurs de l'antiquité rassemblés et commentés par Charles Lenormant (1803-1859) et Jehan de Witte (1844-1861).En España aparece referida por Pedro de Madrazo, en un extenso artículo publicado en la revista Museo Español de Antigüedades, en el que puede leerse: «Y no hacemos mención específica de las eruditísimas obras de Minerva, Braun, Hermann y otros ceramógrafos no menos dignos que los citados para que no resulte interminable esta lista».[3]​ A partir del siglo XX, el vocablo «ceramógrafo» sustituido por el de «ceramófilo», apareció en diversas publicaciones, entre ellas en la revista española Cerámica, Industrial y Artística, publicada entre los años 1931 y 1936.
Perfil para el estudio y catalogación de una vasija de la cultura andrónovo en el Kazajistán central.