El pueblo sigue teniendo un importante puerto que hace honor a su tradición pesquera, aunque otros sectores económicos como el turismo han ido tomando el relevo.
Se extiende desde el "rec d'en Feliu" hasta la cala de Portaló por la costa, y por el interior hasta los términos de Llansá, Vilajuiga, Pau, Palau Sabardera, Rosas y Cadaqués.
Su morfología muestra unas costas escarpadas resultantes de la acción erosiva del mar y el viento, con abundantes valles fluviales inundados por el mar que originan una costa articulada con abundantes calas pintorescas, cabos elevados y promontorios abruptos, así como diversas islas que se elevan por encima de una plataforma de abrasión poco extensa.
Hace falta dejar pasar mucho tiempo hasta llegar a principios del siglo XVIII en que hay documentos que hablan de un núcleo de casas independiente.
Juntamente con la pesca, a mediados del siglo XIX fue tomando mucha importancia el comercio de aceite y vino, hasta que numerosas plagas, especialmente la filoxera, atacaron los cultivos durante la segunda mitad del siglo XIX.
Eso provocó un importante declive en la economía del pueblo, por el cual muchas familias se vieron obligadas a emigrar.
Los inicios del período turístico se remontan a los años 1920, cuando un grupo de intelectuales descubrieron el pueblo.
La población, consciente de lo que representaría poder albergar estos providenciales visitantes, hizo todo lo posible y en poco tiempo construyó más de 500 viviendas, siempre respetando la personalidad del pueblo.
El patrimonio cultural abarca todos los periodos históricos, desde la prehistoria, hasta la actualidad, con vestigios de todas las épocas, pero destacan tanto por calidad como por los monumentos del periodo medieval.
Por una lado tenemos la posibilidad de disfrutar de los numerosas alternativas que nos ofrece el mar: La bahía del Puerto de la Selva reúne las condiciones adecuadas por la práctica del esquí aquático, la natación o el remo con un mar que se muestra tranquilo habitualmente.
Se puede hacer alquilando una embarcación, o bien subiendo a los cruceros que navegan por las diferentes calas.