Cantimplora de barro

Esta iconografía y algunos glosarios de tipología alfarera, apuntan como precedente de la cantimplora de barro los primitivos recipientes hechos con una calabaza a la que se practicaba un orificio de salida y se secaba al fuego.

[8]​ Reuniendo varias de ellas se puede componer esta definición de cantimplora de barro: "frasco" para portar líquidos, por lo general agua, de perfil plano y achatado, y que suele cubrirse, protegerse o revestirse con tela o cuero, y en la antigüedad simplemente bejuco o paja.

Puede disponer de una o varias asas para sujetarse al cinturón o los arreos de las caballerías.

[5]​[9]​ Tanto nomenclatura “barriletes” y “cantimploras de barro”, dada la antigüedad de este recipiente, aparece de forma incidental o descriptiva en grandes autores de la literatura en español, como Miguel de Cervantes,[a]​ o más recientemente en los Episodios nacionales de Galdós:[12]​[13]​[14]​ También es citada en el Diccionario del folklore americano de Félix Coluccio, editado por la librería "El Ateneo" en 1954,[15]​ y en la posterior Enciclopedia folklórica americana e ibérica publicada por L. Lasserre en 1966.

[16]​ En los estudios de arqueología medieval se menciona en diversas publicaciones , como el número 13 del «Acta historica et archaeologica mediaevalia»,[17]​ donde se especula con su posible origen romano Así mismo, se ha relacionado este recipiente característico con la antigua lírica popular hispánica.

Dos modelos recuperados de la alfarería española tradicional (siglo XX). Museo de Chinchilla (Albacete), España .