La expresión discusión bizantina o argumento bizantino significa una discusión o argumento inútil, en la que cada parte nunca puede llegar a probar sus aseveraciones a la parte contraria.
En el siglo VII, los ciudadanos del Imperio romano de Oriente se habían convertido en teólogos aficionados.
Este tipo de discusiones (modernamente llamadas bizantinas) estaban calentando todo el imperio y todos los niveles de inteligencias, así que Constante II, aunque era un hombre joven de diecisiete años, indiferente a los debates religiosos que convulsionaban la Iglesia,[4] le preocupaba sin duda el efecto que todos estos debates arcanos estaban produciendo sobre el Imperio Romano, y para dar una solución emitió un edicto imperial conocido como el "Typos de Constante" en el año 648, aunque el edicto no consiguió extirpar el virus de la discusión bizantina , que proseguiría hasta el siglo XV.
[4] Hubo una gran variedad de penas aplicables a toda persona que desobedeciera el decreto imperial.
Los monjes debían ser excomulgados, mientras que los funcionarios públicos u oficiales del ejército perderían su cargo.