El Imperio austrohúngaro o Austria-Hungría (en sus idiomas oficiales, Monarquía austrohúngara; en alemán: Österreichisch-Ungarische Monarchie; en húngaro: Osztrák-Magyar Monarchia; o sencillamente la Doble Monarquía) fue un Estado europeo creado en 1867 tras la derrota del Imperio austríaco en la guerra austro-prusiana, que llevó al llamado Compromiso austrohúngaro.Aunque suele describirse en la actualidad como un solo Estado, cada uno de estos territorios fue administrado independientemente, con sus propios parlamentos, gobiernos y tribunales, e incluso no existió una ciudadanía común ni bandera nacional.Además, incluía el territorio de Bosnia y Herzegovina, ocupado por Austria desde 1878, que se incorporó a la monarquía como condominio en 1908 tras largas negociaciones.[2][3][4] Fue principalmente en temas de defensa nacional y relaciones exteriores (incluido el comercio marítimo), que Austria-Hungría actuó como una entidad unificada.El nombre oficial del Estado era la Monarquía austrohúngara,[7] si bien en asuntos de relaciones internacionales se utilizaba Austria-Hungría (en alemán: Österreich-Ungarn; en húngaro: Ausztria-Magyarország).Al quedar el trono vacante se sucedieron una serie de disputas entre los príncipes vecinos para ocuparlo.Una dieta rival lo reconoció como rey, lo cual desencadenó una guerra civil que fue aprovechada por los turcos para invadir el país.Los territorios húngaros bajo dominio de los Habsburgo continuaron poblados y manteniendo su cultura, aunque con el tiempo fueron adoptando ciertos rasgos germánicos.Después de esta victoria continuaron presionando a los ejércitos turcos fuera del reino, hasta que finalmente lo lograron en 1691.[11][12][13] Tras la derrota en guerra austro-prusiana, Austria perdió pues la posibilidad de convertirse en el eje que articulase la unificación alemana, ocupando Prusia dicho papel central.Hasta 1879, el consejo austriaco estuvo en manos de los hermanos Adolf y Karl Auersperg, quienes encararon una reforma financiera.Paralelamente, se creó el Partido Nacional Alemán, dirigido por Georg Schönerer, violento en sus métodos y que reclamaba la unión con Alemania.En 1878 también, con el apoyo de Gran Bretaña, Austria-Hungría estacionó tropas en Bosnia para evitar que los rusos se expandieran hacia la cercana Serbia.Durante la época en que fue sucesor al trono, Francisco Fernando se mostró partidario de la reforma del Estado para convertirlo casi en una federación.Si bien se pretendía detener la cada vez mayor violencia de los separatistas serbios, en realidad, la anexión no hizo más que azuzarlos contra el Imperio, muy bien pudo haberse iniciado la Gran Guerra en ese momento.Italia, por su parte, suscribió un acuerdo secreto con Rusia (Tratado de Racconigi) para mantener el statu quo en los Balcanes.Sin embargo, sus políticas alienaron a los búlgaros, que se volcaron en cambio hacia Rusia y Serbia.Si bien Austria no tenía intención de embarcarse en una expansión adicional hacia el sur, Aehrenthal alentó la especulación en ese sentido, esperando que ello paralizara a los estados balcánicos.En junio de 1916 tiene éxito una ofensiva rusa, dirigida por el general Alexéi Alexéievich Brusílov, que se interna en las líneas austrohúngaras.El propio emperador deseaba la paz por la convicción personal de que la sangría humana del conflicto podría continuar durante mucho tiempo más.[40] Según los acuerdos del Compromiso de 1867, cada diez años se tenían que renegociar estos temas,[40] y cada renovación comportaba nuevos problemas políticos.Durante los últimos años del siglo XIX el crecimiento económico se extendió también a la llanura húngara y las regiones de los Cárpatos.Como muestra del rápido crecimiento económico, el PIB per cápita se incrementó a un ritmo de 1,45 % anual entre 1870 y 1913.Austroalemanes, húngaros, polacos, croatas y checos gozaban en diverso grado de privilegios políticos, administrativos y/o culturales que les eran negados a los otros pueblos del imperio.Así, las principales ciudades eran las capitales de las regiones que conformaban el Imperio, tradicionales centros del poder político.La segunda ciudad del Imperio era Budapest, que contaba con 880 371 habitantes en 1910 y un área metropolitana de 935 000, superando el millón en 1914.Con más de 50 000 habitantes encontramos otras poblaciones como Cluj (llamada Klausenburg), Kecskemét, Arad, Timisoara (Temesvar), Fiume, Pilsen, Olomouc (Olmutz), Linz, Innsbruck, Liubliana (Laibach) o Sarajevo.Una de las figuras literarias prominentes fue Karl Kraus, el ensayista y humorista, conocido por su periódico La Antorcha (Die Fackel), fundada en 1899.Theodor Herzl fue un periodista y escritor austrohúngaro de origen judío, fundador del sionismo político moderno.Otros escritores destacados son: Joseph Roth, Robert Musil, Leo Perutz, Arthur Schnitzler, Stefan Zweig y Hugo von Hofmannsthal.