La historia de Hungría durante el periodo del Compromiso austrohúngaro (1867-1918) se caracterizó por la normalización parcial de las relaciones entre el emperador y la oligarquía aristócrata que controlaba la política húngara, aunque se mantuvieron las tensiones entre los partidarios del entendimiento con la corte y la separación.
Económicamente el país experimentó un notable desarrollo, aunque social y políticamente la evolución fue mucho menor.
La Primera Guerra Mundial supuso el fin del Estado, la proclamación de una república y enormes cambios sociales, económicos, políticos y territoriales que marcaron el periodo posterior de entreguerras.
Tras alcanzar el gobierno en 1875, la negociación del concierto económico entre las dos partes del Imperio, que resultó más desfavorable que el original para Hungría, le hizo a Colomán Tisza entender la necesidad de promover el desarrollo industrial húngaro para poder tratar en igualdad con Austria, en aquel momento más desarrollada.
[4] La unión aduanera entre las dos mitades del Imperio limitaba los tipos de industria que se podían fomentar en Hungría sin temer la competencia austriaca pero, a la vez, ofrecía un mercado protegido a la gran producción agraria húngara.
[4] A su vez, Hungría era una fuente segura de productos agrícolas básicos para Cisleitania, deficitaria.
[5] Pese al notable crecimiento de la industria húngara durante el periodo del Compromiso, la región siguió siendo principalmente agrícola.
[11] El aumento de producción se persiguió mediante la extensión del terreno cultivado, principalmente antiguas marismas y ciénagas, y la intensificación del cultivo de los terrenos tradicionales.
Durante el Gobierno de Tisza, el número de grandes propiedades que eran inalienables por ley aumentó enormemente lo que, sin ser necesariamente un problema para la productividad de la tierra, impedía la reforma agraria y agravaba el conflicto con las minorías del territorio ya que prácticamente todos los terratenientes eran magiares.
[17] Las minas de carbón y las acerías se expandieron gracias al capital exterior.
[17] Pese al rápido crecimiento, la industria metalúrgica húngara aún era proporcionalmente menor que las de otras zonas del Imperio (la producción per cápita era más del doble en Austria) y que la de otros países industrializados (Alemania producía ocho veces y media más y Estados Unidos once veces en proporción per cápita).
[20] Si bien hubo continuos debates sobre la ampliación del sufragio, nunca llegó a aprobarse una reforma electoral sustancial y en 1914 únicamente el 8 % de la población gozaba de derecho al voto.
[21] Durante este periodo la crisis agraria por la competencia internacional hizo que una parte sustancial de la antigua nobleza abandonase el campo y pasase a la administración estatal.
[22][23] Incluso en las regiones pobladas mayoritariamente por las minorías, la población magiar disfrutaba de la mejor posición social y del poder político.
[10] La baja nobleza desposeída de sus tierras veía en la administración una nueva base para recuperar poder y prestigio.
[10] El país no contaba con una burguesía fuerte[24] que se opusiese al control de la nobleza.
[26] El movimiento antisemita, que logró diecisiete diputados en 1883, se disolvió como partido en 1897 ante la hostilidad del Gobierno y de la opinión pública que, aunque no aceptaba totalmente a los judíos, veía favorablemente su asimilación como una aportación a la escasa población magiar.
[29] Concentrados en parte en las nuevas profesiones que la aristocracia despreciaba,[30] tenían un papel muy destacado también en la vida cultural, especialmente en la prensa.
[34] La restricción del derecho al voto hizo que el Parlamento húngaro fuese el único de Europa a comienzos del XX que no contaba con diputados socialistas.
[40] En 1892 el Comité Nacional Rumano envió una gran delegación a Viena para presentar un escrito al emperador para demostrar su discriminación, pero este se negó a recibirla; el escrito entonces fue enviado para su publicación, lo que supuso el posterior encarcelamiento de varios de los enviados.
[42] La asimilación y la emigración de las minorías parecía favorecer el nacionalismo magiar.
[24] En las regiones con gran población de las minorías, abundaban los magiares con título nobiliario.
Los dos Tisza, padre e hijo, su Partido Liberal y su sucesor, el Partido del Trabajo Nacional, se contaban entre los primeros, una serie de figuras políticas destacadas del periodo, generalmente entre los segundos.
La impopularidad del Ausgleich entre el escaso censo (menos del 7 % de la población)[53][54] llevó a los liberales a la perpetuación de la manipulación electoral para mantenerse en el poder.
[43] Todo el periodo hasta la derrota en la Primera Guerra Mundial se caracterizó por una mezcla entre liberalismo y conservadurismo, llena de vaivenes entre ambas ideologías, a menudo mezcladas en los dirigentes políticos del periodo, casi todos de la misma extracción social noble o de la alta burguesía.
[63] La Coalición, limitada en su enfrentamiento con el emperador, pasó a mostrar su nacionalismo en su actitud hacia las minorías.
[64] En 1908 Andrássy convenció al emperador para establecer el voto múltiple y para mantener el sufragio público, medidas que iban en contra de la reforma prometida.
[69] Su apoyo, escaso al principio, fue creciendo según la derrota fue haciéndose más clara.
[73][75][9] Tisza, que había controlado la política húngara durante gran parte del periodo, fue asesinado el mismo día por soldados que le acusaron de ser el culpable de la guerra.
El Real Honvéd húngaro (en húngaro: Magyar Királyi Honvédség) o Real Landwehr húngaro (en alemán: königlich ungarische Landwehr), conocido generalmente como el Honvéd o en húngaro Honvédség (un término plural que designa a todo el ejército, incluyendo todas las unidades de Honvéd), fue una de las cuatro fuerzas armadas (Bewaffnete Macht o Wehrmacht) de Austria-Hungría desde 1867 hasta 1918.