Liga de los Tres Emperadores

En tal sentido, los tres monarcas tenían en común un sincero desagrado hacia el liberalismo político existente en Europa Occidental, especialmente el practicado en las otras dos grandes potencias europeas de la época: Gran Bretaña y la República Francesa.

[1]​ En los Balcanes, la alianza suponía el mantenimiento de la situación del momento: Austria-Hungría y Rusia se comprometieron a no extenderse por la península.

[2]​ Bismarck luchó duramente para evitar un conflicto diplomático entre Austria y Rusia y así en 1881 el propio canciller Bismarck persuadió al nuevo zar ruso, el ultraconservador Alejandro III para que retornara a la "Alianza de Tres Emperadores" sin el conocimiento de Austria, mostrando a Rusia que las tres monarquías tenían más elementos en común que sus diferencias por ambiciones territoriales.

Tras la dimisión de Otto von Bismarck en 1890 por presión del nuevo emperador alemán Guillermo II, este monarca asumió personalmente la política exterior del Imperio alemán y se unió a los elementos más ultranacionalistas de Alemania que manifestaban un creciente desdén por Rusia y los pueblos eslavos en general.

Tales ideas contradecían un principio de la política de Bismarck, según la cual Alemania debía evitar, por cualquier motivo, enemistarse con el poderoso Imperio Ruso, y más debía luchar por mantenerlo siempre como aliado o como neutral.

El káiser Guillermo I .