Alianza franco-rusa

Con este nuevo tratado Alemania se aseguraba en caso de guerra con Francia la neutralidad rusa, y ésta se aseguraba que los austriacos no ayudarían a Gran Bretaña en una hipotética guerra con Rusia.

El gobierno del zar Alejandro III se negó a reconocer al nuevo príncipe, Fernando de Sajonia-Coburgo, de origen alemán y que con la ayuda del primer ministro nacionalista, Stambolov buscó la alianza con Austria-Hungría.

[3]​ El canciller Bismarck actuó negando títulos de deuda pública rusa dañando con ello al crédito ruso, la decisión obligó al zar Alejandro III a realizar una visita a Berlín.

En noviembre de 1887 Bismarck emite unas disposiciones que prohibían al Banco del Reich y el Banco del estado prusiano la inversión en papel ruso, provocando el resentimiento de las relaciones germano-rusas.

El revanchismo francés había encontrado eco el ministro Boulanger que unido al periodista Paul Déroulède, presidente de la Liga de los patriotas, causaron un periodo turbulento en la vida pública francesa entre 1887 y 1889.

El Imperio alemán se sentía fuerte dentro del equilibrio europeo, como potencia continental buscaba mantener el aislamiento francés y la tranquilidad de Rusia con una política mediadora entre las naciones enfrentadas: Francia-Reino Unido por cuestiones coloniales y Rusia-Austria-Hungría por los Balcanes.

La ambigüedad del Imperio alemán respecto a los intereses rusos determinó, en gran medida, el acercamiento del gobierno ruso a la Tercera República Francesa, si bien las relaciones no se concretaron hasta 1894 los acontecimientos ocurridos entre 1885 y 1890 fueron claves para el acercamiento.

Ese mismo año el periodista de corte nacionalista Paul Déroulède recibió una calurosa acogida por el gobierno ruso durante una visita oficial.

Francia, por su parte, consideraba a Rusia la forma de gobierno más caduca basada en un estado policial y reaccionario.

Sin embargo el viraje de la diplomacia germana en 1890 terminará por acercar el Imperio ruso a Francia.

El zar Alejandro III subió a bordo de varios buques, y al difundir la prensa mundial la noticia de que el zar se había puesto en pie para oír la Marsellesa[9]​ alertó a las cancillerías europeas que las relaciones entre ambas naciones habían mejorado.

Rusia quería aplicarlo al Reino Unido y a los intereses rusos en los Balcanes, pero Francia no tenía ningún motivo para inmiscuirse en los Balcanes al tiempo que no deseaba una guerra abierta contra Londres pese a las disputas coloniales.

La presión dio como resultado la Convención militar (18 de agosto de 1892) donde el general francés Boisdeffre y el ruso Obruchev acordaron, en principio, aceptar los principios del gobierno francés: Si Francia es atacada por el Imperio alemán, o por Italia apoyada por Alemania, el Imperio ruso utilizará todas sus fuerzas disponibles para atacar a Alemania.

Las reticencias rusas a sancionar el acuerdo radicaban en la crisis interna de Francia atacada por el terrorismo revolucionario, anarquistas principalmente, el deterioro de las relaciones Iglesia-Estado, del revanchismo nacionalista y la corrupción política.

En 1894 moría Alejandro III siendo sucedido por su hijo Nicolás II, nuevo zar era partidario del gobierno autoritario y conservador negándose a cualquier tipo de concesión democrática.

Este cambio fue aprovechado por el kaiser Guillermo II que intentó influir sobre su sobrino a través de una intensa relación epistolar.

Londres temía que el expansionismo ruso pusiera en peligro el statu quo del Imperio chino y el comercio libre en la zona.

Por su parte el gobierno conservador de Lord Salisbury solo quería dirigir una advertencia a Rusia sobre sus acciones en Asia, para Japón significaba una alianza político-militar que evitara que Rusia interviniera apoyada por otra potencia europea como se había sucedido con la Triple Intervención en 1895.

La derrota rusa en la guerra ruso-japonesa no medró la alianza franco-rusa, pese a la neutralidad francesa, pero hizo a Rusia centrarse ahora en Asia Central donde seguía latentes los problemas con los británicos acerca de Persia y Afganistán.

La ayuda económica francesa para la reconstrucción nacional rusa se concretó durante las conversaciones militares que tuvieron lugar entre el 8 y el 11 de abril de 1906, las primeras desde que la guerra rusojaponesa paralizara la reuniones bilaterales.

La alianza franco-rusa suponía la superación de los problemas que ambas naciones arrastraban desde 1871 en el campo diplomático y la conjunción de unos intereses en oposición a los desarrollados por el Imperio alemán y la Triple Alianza.

Puente Alejandro III en París , levantado como símbolo de la alianza franco-rusa.
Zar Alejandro III (1881-1894).
Charles de Freycinet , Primer ministro francés durante las negociaciones con el Imperio Ruso.
Visita de la flota francesa a la base rusa de Kronstadt en el verano de 1891.
Visita del zar Nicolás II de Rusia a París en 1901. Postal conmemorativa.