Triple Intervención

Francia, por su parte, se vio obligado a unirse al Imperio ruso en el marco de la alianza franco-rusa con sendos tratados en 1892 y 1894.

Sin embargo, pesaba más la recién alianza franco-rusa que había permitido obtener el primer aliado serio desde 1871; Francia no estaba dispuesta a volver al aislamiento internacional impuesto por la diplomacia bismarckiana.

El Imperio alemán tenía dos razones para apoyar a Rusia; por un lado, su deseo de desviar al Imperio ruso hacia el este y lejos del Báltico, y en segundo lugar conseguir el apoyo ruso en el establecimiento de nuevas concesiones territoriales alemanas en China.

Finalmente, el Reino Unido no se adhirió a esta alianza, pues su objetivo era limitar la influencia rusa en la zona, con la que mantenía litigios en Asia Central, además del posible desmembramiento del Imperio Chino por parte de otras potencias europeas y que afectaría a la llamada política de puertas abiertas, y con ello al comercio británico.

Todo este movimiento ruso produjo indignación en el gobierno imperial del Japón que presionó para el cumplimiento de lo acordado en Pekín en 1895 sin obtener resultados concretos.

Japón, además, buscó formar alianza con el principal enemigo de Rusia, el Reino Unido, y que se concretó con un acuerdo anglo-japonés en 1902.

Convención de retroceso en la península de Liaodong , 8 de noviembre de 1895.