Las Tropas Imperiales y Reales de Aviación (Kaiserliche und Königliche Luftfahrtruppen o K.u.K.
El Servicio Aéreo se mantendría bajo su mando hasta el final de la Primera Guerra Mundial en 1918.
Los primeros oficiales de la Fuerza Aérea fueron pilotos particulares que no tenían formación aeronáutica militar previa.
[cita requerida] Al estallar la guerra, el Servicio Aéreo estaba compuesto por 10 globos de observación, 85 pilotos y 39 aviones operativos.
Sin embargo, los bombarderos pesados de la serie K organizaron una exitosa ofensiva contra los italianos y tuvieron pocas bajas.
[6] Sin embargo, los austrohúngaros solicitaron y recibieron refuerzos aéreos de sus aliados alemanes, sobre todo en Galitzia.
[8] Para remediar la inicial escasez italiana de cazas, Francia destinó un escuadrón para defender Venecia y atacar a los austrohúngaros.
El programa de expansión se extendió a 68 escuadrones, y el Servicio Aéreo logró activar las 31 unidades necesarias.
[12] El plan de Austria-Hungría para 1918 consistía en aumentar su Fuerza Aérea a 100 escuadrones con 1000 pilotos cada uno.
Durante la guerra, el Ejército mostró interés en comprar Zeppelines alemanes, pero no adquirió ninguno.
La Armada ordenó en 1917 que se fabricasen localmente, pero ninguno fue terminado antes del Armisticio.
No solamente entrenaban y enviaban tripulantes y personal de mantenimiento a las unidades de primera línea, sino que también entrenaban nuevas unidades para ser destinadas al frente.
Por ejemplo: Al estallar la guerra, los aviones austrohúngaros estaban llamativamente pintados con bandas rojas y blancas en todo su fuselaje.
Estas fueron rápidamente descartadas, pero se conservaron las bandas rojo/blanco/rojo en el timón y las puntas de las alas.
Usualmente, un hidrocanoa llevaba una cruz patada negra sobre un cuadrado blanco como insignia nacional; estas cruces iban en la parte superior de las alas tanto a babor como a estribor, en la parte inferior de las alas y en ambos lados del casco.