Revolución de 1848 en los Estados de los Habsburgo
Los sucesos fueron tan graves que la propia continuidad del Imperio se vio amenazada.Además de su condición ideológica liberal, que cuestionaba frontalmente los principios absolutistas del sistema político, la actividad revolucionaria tenía un fuerte carácter nacionalista, lo que era especialmente grave para un Estado multinacional, gobernado desde Viena pero compuesto por múltiples minorías étnicas en proceso de definición como naciones (alemanes, húngaros, rumanos, italianos, diferentes tipos de eslavos —polacos, checos, eslovacos, rutenos (ucranianos), eslovenos, croatas, bosnios, serbios—, etc.), cada una de ellas con distintas aspiraciones, incompatibles entre sí (autonomía, independencia o incluso imposición hegemónica sobre otras).La utilización de la fuerza armada para recaudar impuestos atrajo muchas simpatías al campo revolucionario.El empeño de Metternich por mantener la costosa implicación del ejército austriaco en intervenciones por toda Europa en defensa de las monarquías absolutas había exigido un gran esfuerzo en reclutamiento y gasto militar, suscitando un sentimiento antimilitarista entre la población civil.La continuidad de la situación semifeudal del campo producía descontento en el campesinado, mientras las clases medias ilustradas percibían esta situación como un freno al desarrollo económico capitalista, que necesitaba la libertad económica y de trabajo.Sólo se consiguió contener cuando el levantamiento campesino hizo ver a los nobles que el Imperio era la mejor garantía para el mantenimiento de su posición socioeconómica.En octubre cuando las tropas austríacas pasaban por Viena para sofocar la insurrección en Hungría, se produjo un nuevo levantamiento.