La idea proponía la federalización del Imperio austrohúngaro para evitar la independencia de regiones con etnias minoritarias.
De las otras ocho agrupaciones, sólo los croatas habían obtenido una limitada autonomía en el Reino de Croacia, dejando al resto (checos, polacos, ucranianos, rumanos, eslovacos, serbios, eslovenos e italianos) apenas sin representación administrativa.
Francisco Fernando era partidario de rehacer la relación entre las distintas nacionalidades y la dupla Austria-Hungría.
Sin embargo, el Archiduque fue asesinado en Sarajevo en 1914, desencadenando la Primera Guerra Mundial, dejando truncada cualquier reforma.
Austria también tuvo que ceder territorios austrohúngaros a los países vecinos existentes, por las potencias victoriosas de Entente.