El título nobiliario de archiduque (femenino: archiduquesa; en alemán Erzherzog y en femenino Erzherzogin) es un título equivalente al de Príncipe en el Imperio austrohúngaro.
Está por debajo del Emperador o Rey, pero es muy extraño como título autónomo y además tiene otros usos de los que se le daban en todo lo relacionado con el antiguo Sacro Imperio Romano Germánico, del que una gran parte de Europa estaba excluida.
Rodolfo originalmente reclamó el título en la forma palatinus archidux («archiduque palatino»).
El emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Carlos IV se negó a reconocer el título, al igual que todas las demás dinastías gobernantes de los países miembros del Imperio.
El archiduque fue inicialmente asumido por aquellas dinastías que gobernaban un territorio de los Habsburgo, es decir, sólo por varones y sus consortes, siendo los infantazgos comúnmente distribuidos a los cadetes .
Pero estos archiduques "juniors" no se convirtieron por ello en gobernantes hereditarios soberanos, ya que todos los territorios permanecieron en manos de la corona austríaca.
Por ejemplo, Otón de Habsburgo-Lorena (1912-2011), el hijo mayor del último emperador Carlos I, era ciudadano austríaco, húngaro y alemán.
Como el gran príncipe (a menudo traducido por error como gran duque; el equivalente en alemán es Großfürst, no Großherzog) en la Rusia Imperial, archiduque se usaba como título para otros príncipes de la Casa de Habsburgo, que fuesen señores de territorios en Austria pero sin ser ellos mismos los herederos del soberano (a veces, incluso, podía estar combinado con un cargo de gobierno distinto), ya que todos los territorios permanecían ligados a la corona austríaca.