Goluchowski había buscado la reconciliación con Rusia y la conservación del débil Imperio otomano, mientras que Aehrenthal abogó por una política más agresiva.
El diplomático italiano, conde Carlo Sforza, relató más tarde que Aehrenthal le confesó haberse aburrido en su primer puesto en el extranjero como agregado en París en 1877-1878 , mientras que, durante su desempeño en San Petersburgo (como agregado en 1878-1883, más tarde, como consejero de la embajada entre 1888 y 1894 y, finalmente, como embajador de 1899 a 1906) le habían beneficiado, mientras que su periodo de embajador en Rumania (1895-1898) no le habían aprovechado.
[3] A pesar de ello y gracias a su larga estancia en el país, Aehrenthal adquirió un gran conocimiento del imperio zarista y, hasta la crisis de 1908, también mantuvo buenas relaciones sociales con la elite dominante.
[1] Su política exterior se caracterizó también durante todo su periodo al frente del ministerio por su rechazo de la política de equilibrio con respecto a Rusia, que su antecesor Goluchowski había mantenido en lo referente a los Balcanes.
[4] En 1906, hubo de manejar una crisis con Serbia debido a la aplicación de aranceles prohibitivos a los productos serbios, condición que impusieron los magnates magiares para aceptar el ejército común con la parte austriaca.
[4] El conflicto resultó perjudicial para el Imperio austrohúngaro ya que Serbia logró un nuevo mercado más amplio en Alemania, obtuvo permiso para exportar sus productos agrícolas a través del puerto otomano de Salónica y pasó a solicitar su crédito en París, donde también comenzó a adquirir su armamento, perdiendo sus ventas las fábricas bonemias de Škoda.
Por lo tanto, procedió en 1908 a la anexión formal de Bosnia y Herzegovina, retirándose, sin embargo, del vecino Sandžak, que también ocupaba militarmente desde la misma fecha.
[6] En febrero de 1909, con el ejército movilizado contra Serbia, Aehrenthal se opuso finalmente a la invasión, viendo en la anexión de más súbditos eslavos un problema añadido para el Imperio, ya dividido por cuestiones nacionalistas, para lo que logró el apoyo del emperador.
[9] Aehrenthal se opuso a la pretensión del Jefe de Estado Mayor, Conrad, que solicitó repetidamente al emperador una guerra preventiva contra Italia.
A principios de 1912 su salud, muy deteriorada, dio razones para que Aehrenthal fuese relevado.
El liberal Josef Redlich, miembro del consejo imperial y ministro describió a Aehrenthal en su diario así:[10]