Klement devolvió su bicicleta a los fabricantes, Seidel y Naumann, con una carta en checo pidiéndoles las piezas necesarias para la reparación, aunque solamente recibió por respuesta una carta en alemán diciendo: "Si quiere una respuesta para su petición, debería intentar escribir en un idioma que entendamos".
A fin de diseñar una máquina más segura y cuya estructura estuviera en torno al motor, ambos escribieron al especialista en ignición alemán Robert Bosch para pedirle consejo sobre un sistema electromagnético diferente.
Poco después la prensa diaria los denominó como los primeros fabricantes de motocicletas.
Tras la Primera Guerra Mundial la empresa comenzó a producir camiones, pero en 1924, tras varios problemas y un incendio, la compañía buscó un socio.
Como resultado surgió Škoda Works, la mayor empresa industrial del Imperio Austrohúngaro y, posteriormente, Checoslovaquia, aunque la mayor parte de la producción seguía bajo el nombre de Škoda.
En julio de 1945, la fábrica de Mladá Boleslav ya había sido reconstruida y la producción del primer coche Škoda tras la Segunda Guerra Mundial se inicia, dando lugar a la serie 1101.
Esencialmente se trata de una versión mejorada del Škoda Popular anterior, en el que basa su diseño.
Sus niveles de acabado fueron mejorando hasta la llegada del Škoda Felicia en 1995.
En el caso de Škoda el gobierno decidió traer un socio fuerte del extranjero.
Los modelos posteriores Octavia y Fabia consiguieron abrirse camino en el exigente mercado de la Unión Europea.
Cuando se acercan los modelos más recientes de la marca para ser ensamblados, el trabajador se sorprende y no les coloca los logos, pensando que son demasiado lindos para ser Škoda.
En los últimos años, se presentaron dos modelos nuevos: la segunda generación del Fabia, y el Škoda Roomster, que es una furgoneta pequeña.
El Joyster es un automóvil pequeño con carrocería hatchback de tres puertas para gente joven.
La famosa flecha alada con tres plumas todavía forma el logotipo de Škoda en la actualidad.