[5] Lueger fue elegido alcalde de Viena en 1895, pero solo pudo acceder efectivamente al cargo en 1897 por el veto imperial, debido a su furibunda prédica antisemita que la corte juzgaba embarazosa, y estuvo en ese puesto hasta su muerte en 1910.
La primera gaceta del partido, claramente demagógica, el Illustrierte Wiener Volkszeitung, se subtitulaba "Órgano de los antisemitas".
Y aunque luego atemperó su odio, decía siempre que él "establecía quién es judío", prefacio de terribles consecuencias desde 1933.
Freud se había quedado ya horrorizado ante el nombramiento final de Lueger, pese al doble veto del emperador; y ese fue otro argumento contra una ciudad que le fue siempre hostil.
[12] Y ese mundo resultó absolutamente aniquilado, se desvaneció esa mezcla tan fecunda de culturas, como bien describe recientemente Jacques Le Rider, Los judíos vieneses en la Belle Époque (1867-1914).