Arthur Schnitzler

[2]​ Muchas de sus obras han sido adaptadas al cine y la televisión,[3]​ entre otros, por directores tan conocidos como Max Ophüls (Liebelei, La ronde) o Stanley Kubrick (Eyes Wide Shut).

Su abuelo paterno era un artesano judío húngaro que había cambiado su apellido, Zimmermann ("carpintero") por el de Schnitzler ("tallista").

[5]​ La madre del escritor, Louise Markbreiter (1840-1911), era asimismo hija de un célebre médico vienés, y profesaba también la religión judía.

Sobre la relación de Schnitzler con su padre se encuentran sabrosas anécdotas en su autobiografía, Juventud en Viena, que narra su vida hasta el año 1889.

Cuando el futuro autor tenía dieciséis años, su padre descubrió su interés por las mujeres, y le hizo hojear durante horas libros de medicina en los que se detallaban los devastadores efectos de la sífilis.

[10]​ Al tiempo que desarrollaba su carrera como médico, continuó publicando en revistas como Deutschen Wochenschrift y An der schönen blauen Donau (en esta última aparece, en 1890, el poema dramático «Alkandis Lied»).

Schnitzler fue labrándose durante la década de 1890 una importante reputación como autor teatral, que trascendió las fronteras del Imperio austrohúngaro.

Los amantes, que se caracterizan por pertenecer a diferentes clases sociales y recorrer todo el espectro social siguiendo una línea cerrada, ponen de manifiesto la similitud de las mentiras asociadas a análogas traiciones que transciende las barreras y convenciones de la sociedad burguesa, al mismo tiempo que muestran un exacerbado egoísmo y cinismo que retrata sin restricciones la supremacía del instinto sexual y la arbitrariedad de las convenciones sociales frente a la naturaleza del hombre.

[21]​ La ronda se publicó primero en 1900 en una edición no venal limitada a 200 ejemplares, que el autor distribuyó entre sus amigos.

Al año siguiente, sin embargo, la obra fue retirada de la circulación en Leipzig, y luego en Berlín.

Dejando aparte el caso antes citado de La ronda, sus piezas teatrales se estrenaron en los principales teatros austríacos y alemanes cosechando importantes éxitos.

En sus últimos años fue espaciando sus publicaciones, aunque dio la imprenta algunas de sus obras más valoradas hoy por la crítica.

Esta etapa estuvo marcada por problemas personales: en 1921, el divorcio de su esposa, Olga Gussmann; y, sobre todo, en 1928, el suicidio de su hija Lili, quien había contraído matrimonio con un oficial fascista italiano, Arnoldo Cappellini.

En una carta de Freud a Schnitzler, el creador del psicoanálisis le manifiesta su admiración por su obra literaria.

Se vieron, sin embargo, en pocas ocasiones, y no llegaron a mantener una verdadera amistad.

Ya en 1914 se había llevado al cine su célebre obra Liebelei (que luego rehízo con brillantez Ophüls).

Se reseñan las obras más significativas, teniendo especialmente en cuenta aquellas que han sido traducidas al español.

Luis Araquistáin tradujo al año siguiente algunas obras teatrales, en concreto Anatol y La cacatúa verde.

Las traducciones más recientes en España, a partir de 1978 son: Según cuenta Kirk Douglas en su obra biográfica Yo soy Espartaco (Ed.

Arthur Schnitzler en 1878.
El antiguo Café Griensteidl , punto de reunión de los miembros del grupo Joven Viena , al que perteneció Schnitzler, en una fotografía de la época.