Por lo tanto el término no se refiere a la corona física de los reyes bohemios (la Corona de San Wenceslao), sino a los Estados bohemios propiamente.
La Corona Bohemia tampoco era una unión personal ni una federación de miembros iguales.
Más bien, el Reino de Bohemia tenía un estatus más alto que los otros Estados constituyentes incorporados dentro del Sacro Imperio Romano Germánico.
La dinastía Luxemburgo alcanzó el punto más alto, cuando Carlos fue coronado Emperador del Sacro Imperio en 1355.
Tras la muerte del rey Matías en 1490, Vladislao gobernó las Tierras de la Corona Bohemia y el Reino de Hungría en unión personal.
Conjuntamente con las "tierras hereditarias" austríacas y el reino húngaro formaron la Monarquía Habsburgo, que en los siguientes siglos surgió del Sacro Imperio Romano Germánico como una potencia europea separada.