Leo Perutz

[1]​ En 1901 la familia se trasladó a Viena, donde desarrollaría una floreciente actividad comercial que duraría hasta la anexión (Anschluss) del estado austriaco por la Alemania nazi.

Algunos documentos descubiertos después de su muerte mencionan una licenciatura en matemáticas aplicadas a la economía; sin embargo, parece que el autor no obtuvo nunca el título de bachillerato necesario para acceder a la formación universitaria.

Durante esta época entró en contacto con el círculo literario Freilicht, compuesto en su mayoría por escritores principiantes.

Durante esos años, Kraus fundó y dirigió la revista Die Fackel, de la que Perutz fue un asiduo lector.

Al año siguiente vio la luz una segunda, escrita en colaboración con Paul Frank, Das Mangobaumwunder.

[2]​ Ambas obras tuvieron un éxito discreto, en particular la primera, que fue elogiada en una reseña de Kurt Tucholsky.

La segunda sería incluso adaptada al cine, con el título de Das Abenteuer des Dr. Kircheisen (Rudolph Biebrach, 1921).

Perutz no participó del entusiasmo belicista que animó a otros escritores de su época.

En julio fue herido gravemente en los pulmones y cayó enfermo de septicemia, lo que le obligó a una larga convalecencia en un hospital militar.

Los derechos de la novela fueron adquiridos por una compañía cinematográfica estadounidense, que, sin embargo, no llegó a producir ninguna película.

Durante esta época entabló también amistad con Bruno Brehm, un novelista austríaco que más tarde abrazaría la ideología nazi, y sería un firme defensor del nazismo en Austria.

Poco después del nacimiento de su último hijo se produjo la muerte de su joven esposa, Ida, y el trágico suceso sumió al escritor en una profunda desesperación que en algunos momentos llegó a afectar a su equilibrio mental.

Con el objeto de aumentar sus ingresos, colaboró literariamente con su amigo Alexander Lernet-Holenia, y, junto con Paul Frank y Hans Adler, intentó introducirse en el mundo del teatro, componiendo diversas piezas, de muy diferente fortuna.

Al perder el mercado editorial alemán, la economía del escritor se vio seriamente afectada.

Desde la ciudad toscana, el 10 de septiembre de 1938, la familia Perutz se embarcó para Haifa, cediendo a las presiones del hermano del autor, Hans, convencido sionista, que había transferido sus negocios a Tel Aviv.

Continuó utilizando exclusivamente el idioma alemán, en una época en que ésta era considerada en Palestina la lengua del enemigo (las tropas del Eje parecían a punto de obtener la victoria en el cercano frente de Egipto).

No pretendía con ello buscar la confrontación con las élites sionistas, sino poner de manifiesto su pertenencia a la cultura centroeuropea.

Ya en 1945, Perutz intentó regresar a Austria con su familia, pero la confusión reinante en Europa tras la Segunda Guerra Mundial hizo el retorno imposible.

Perutz se reencontraba así con el antisemitismo que le había obligado a exiliarse.

La primera que publicó fue La tercera bala, ambientada durante la conquista de México por Hernán Cortés.

[3]​ Su segunda novela escrita en solitario, Mientras dan las nueve, es un thriller psicológico que fascinó, entre otros insignes lectores, a Eric Ambler, Friedrich W. Murnau y Alfred Hitchcock.

[4]​ El escritor austriaco Robert Musil le atribuyó la creación de un nuevo género literario, que denominó "ficción periodística".