El dialecto murciano o variedad murciana se refiere a los dialectos o variedades lingüísticas del castellano habladas históricamente en la Región de Murcia, o más exactamente la región natural y cultural que es comprendida a grandes rasgos por la cuenca del río Segura y el antiguo Reino de Murcia, ubicada en el sureste de la península ibérica.
El murciano posee una tradición literaria que se remonta como mínimo al siglo XIX, con autores como Vicente Medina, José Martínez Tornel o Frutos Baeza.
En esta región, la ciudad de Murcia ha sido, casi desde su fundación, el principal centro demográfico, económico, comercial y administrativo.
La clasificación subdialectal del dialecto murciano suele distribuirse por lo común en cinco o siete grupos de carácter supracomarcal.
En algunos segmentos de población, como las capas socioculturales más altas, no hay casi ningún rastro dialectal y en la mayor parte del territorio las nuevas generaciones desconocen prácticamente el léxico local.
Esas variedades romances habrían sufrido la influencia del árabe andalusí de la población mudéjar que en los siglos XIII y XIV era mayoritaria en la región.
El dialecto murciano se muestra como una variedad iberorromance en el que se hallan unos pocos elementos lingüísticos atribuibles a un sustrato mozárabe así como diferentes elementos lingüísticos procedentes del árabe tanto en su modalidad culta y dialectal.
Por otro lado Justo García Soriano al estudiar las aportaciones lingüísticas de los pueblos que habitaron o dominaron el antiguo Reino de Murcia procede a considerar primero al elemento mozárabe del Reino de Murcia, del que dice que representa el sustrato lingüístico indígena preexistente a la conquista cristiana, para a continuación ir considerando la influencia y herencia aportada por las sucesivas aportaciones lingüísticas del árabe, castellano, aragonés y catalán-valenciano, de los cuales afirma que contribuyeron en mayor o menos media a la conformación del dialecto murciano.
También existen diversos grupos musicales, que alguna vez han utilizado el dialecto murciano como vehículo expresivo, como Er Tabardillo o la Cuadrilla 12 julio esclavejio.
Su principal influencia está en el mayor número de arabismos usados en murciano, que en otras variedades peninsulares.
Al no conocer ni aragonés ni occitano, algunos filólogos dan a muchas palabras un origen exclusivo catalán cuando realmente debería ser "pirenaico" o buscan evoluciones de formas catalanas cuando la forma aragonesa medieval era exactamente igual o es igual en la actualidad) son: Históricamente diversos autores han atribuido un buen número de las características del murciano a la influencia lingüística del catalán sobre el murciano, juzgándola superior a la herencia e influencia aragonesa y mozárabe.
La hipótesis de que ciertos hechos del murciano son explicables a partir de la influencia catalana, se han apoyado frecuentemente en Ramón Muntaner, cronista de Jaime I, quien escribió que, tras la conquista en Alicante, Cartagena y Murcia quedaron "vers catalans" y en Murcia se hablaba "lo plus bell catalanesc del mon" ('el más bello catalán [antiguo] del mundo').
Sin embargo, muchos autores modernos consideran exagerada la afirmación sobre la extensión del uso del catalán en esa época, tal como por ejemplo señaló Menéndez Pidal, ya que Muntaner no pudo ser testigo presencial de los hechos y por tanto se basa en fuentes indirectas.
Sin embargo, como se han señalado otros autores García Soriano considera catalán todo el "léxico peculiar murciano" que no procede del castellano, y por tanto menostiene la existencia de aragonesismos que de hecho considera simpelemente como catalanismos.
Si bien palabras como panocha, pesol, escarcullar, cobete, boria, llampo, oraje, companaje, almojabena, alharís, flama se corresponden con palabras catalanas, es muy posible que los aragonesismos correspondientes fueran muy similares (ej: panocha, escarcullar, boira, orache, companache, almojabena, flama...).
[cita requerida] El mozárabe o romance andalusí fue el latín dialectal, latín hispánico o romance que se habló en territorios de la península ibérica bajo alguno de los varios estados islámicos que existieron entre los siglos VIII y XV.
Debido al vacío documental (el mozárabe se conoce muy pobremente) algunos estudiosos[cita requerida] solo se han atrevido a catalogar como voces heredadas del mozárabe a léxico como aletría, verrugo, aljez, asina, caliche, canuto o canute, caparra, capuzar, compaña, bayoco, barchilla, juntamento, morciguillo, ', cutir, cabolo, mola o muela, arroyo o royo, saldorija, morra y morro y morrón, buque, pagamenta, asina, pancha, bujarasol, perfolla, garabato, moño, quijero, aseguranza, tápena, cisca, visibilo, bleda y otros.
Algunos topónimos del ámbito lingüístico murciano evidencian una transición desde el mozárabe,[cita requerida] como Lorca (ant.
Por otro lado en cuanto a la polémica del panocho, sea lícita o inventada esta palabra lo cierto es que las gentes huertanas de la Cuenca del Segura tenían su propia forma de hablar, su propia variedad de dialecto murciano, conocido popularmente como panocho, el cual destaca sobre las demás variedades por su mayor diferenciación con el castellano normal, por su fonética más arcaica y a la vez más revolucionaria que las restantes, con abundantísimas voces aragonesas, valencianocatalanas, mozárabes y arábigas.
Páere noestro, que tás en er cielo, santificao sia tu nombre, allegue a nujotros tu raino, hágase tu volunto asina en la tierra como en er cielo, danos hoy er pan noestro e ca día, predona noestras ofensas, como tamién nujotros predonamos a los que nos ofenden, no nos adejes cayer en la tentación y llíbranos der mal.