La expansión del Califato Omeya se propagó hacia todo el noroeste de África al Magreb, habitado por los bereberes.
[12] Vendría a ocupar un área algo más amplia que las actuales provincias de Murcia y Alicante.
[13] De las ciudades nombradas en el tratado, no han sido puestas en duda Orihuela (اوريولة, Ūriūla), Alicante (لقنت, Laqant), Lorca (لورقة, Lūrqa) y Mula (مولة, Mūla).
[15] En cuanto a Iyyih, su emplazamiento está sujeto a controversia entre diversas ubicaciones: Monte Arabí en Yecla, Anaya en San Miguel de Salinas, Ojós, Verdolay o Algezares en Murcia, el Tolmo de Minateda en Hellín, Villa Vieja en Cieza, o Elda;[16] y además, muchos autores la identifican con la ciudad episcopal de Eio,[16] que aparecería ubicada en El Monastil en Elda,[17] o en Algezares.
[18] Respecto a Blntla, aunque la topografía y los restos arqueológicos pudieran indicar que fuera Valencia o Valencia la Vella en Ribarroja del Turia,[19] no es posible dada su alejada situación respecto del resto de ciudades, por ello la mayor parte de las interpretaciones la ubican en Villena;[11][20][21] ciudad a la que con bastante probabilidad correspondería a la Balana (o Bilana) citada por Al-Himyari.
[31] Después de la firma del pacto, existe un silencio documental sobre Teodomiro y su sucesor Atanagildo.
El califa mandó un ejército sirio, que fue derrotado, y sus restos se instalaron en al-Ándalus para combatir a la revuelta bereber andalusí.
Pese a sofocar la revuelta bereber, la disputas entre clanes árabes provocaron la guerra civil en al-Ándalus, y no fue hasta 743 cuando el nuevo valí andalusí Abul Jatar acantonó a las tropas sirias en distritos militarizados (yund),[35] y el yund de Egipto fue establecido en Tudmir.