Conquista omeya de Hispania

Aunque el proceso en total ocupó todo ese tiempo, la cronología no es exacta en cuanto a los años y las fechas, sino solo aproximada, pues las fuentes difieren entre sí.

Estaba presente principalmente en los centros urbanos, destacando las comunidades de Narbona, Tarragona, Sagunto, Elche, Lucena, Elvira, Córdoba, Mérida, Zaragoza, Sevilla, Málaga y, la capital, Toledo.

Siguieron bajo control bizantino algunos años más para pasar después a depender, al menos nominalmente, del reino franco (798) por propia petición para que los defendiera de los ataques musulmanes.

Dicha ciudad había vuelto a manos visigodas unos veinte años antes, aprovechando la caída del África bizantina.

En ese momento estaba sitiando la ciudad de Pamplona, cuyas murallas habían sido restauradas no hacía mucho por el rey visigodo Wamba.

Cuando las tropas comandadas por Rodrigo entraron en contacto con las de Táriq ya habían pasado varios meses desde su llegada al sur.

Durante ese tiempo, Táriq ibn Ziyad había obtenido el refuerzo de cinco mil bereberes más.

Otro aspecto a tener en cuenta es el de que organizar un ejército no era fácil en los últimos tiempos del reino visigodo.

Oppas pudo contar inicialmente con la permisividad o apoyo de las fuerzas musulmanas, pero en todo caso acabó por enfrentarse a ellos.

Después se dirigieron a sitiar Sevilla, pero esta última solo cayó tras un mes largo de asedio.

Así queda completada la acción inicial de la conquista, asentando un territorio propio mínimo desde el que poder iniciar un proceso más amplio.

Para ello Táriq había seguido la calzada romana que iba desde Linares, ciudad ya controlada por los musulmanes, pasando por Despeñaperros y Consuegra (Consabura), hasta Toledo; dejando algunos contingentes en el sur.

Abandonada de antemano por quienes podían haberla defendido, la tímida resistencia que pudo oponer la ciudad fue rápidamente vencida.

[cita requerida] Sin embargo, esto último puede ser una leyenda: en todo Aragón, sólo consta una mínima resistencia en Huesca; Zaragoza se habría sometido mediante pacto[9]​[10]​ o tras breve asedio.

Este Fortún era el heredero de una rica familia hispanorromana, los Casio, terratenientes desde hacía siglos en la ribera media del Ebro.

Estos, sin embargo, debían jurar fidelidad al clan tribal del jefe militar que los liberaba, e integrarse en su ejército.

Musa estuvo unos quince meses en Iberia, hasta que partió hacia Damasco, a finales de 712, llamado por el califa Walid I para rendir cuentas.

Agila II ejercía su dominio en una zona muy compacta geográficamente y de reducido tamaño, lo que facilitaba su defensa.

Cartagena no formaba parte del enclave, sino que fue ocupada directamente por los musulmanes, dada la gran importancia estratégica de su puerto.

Desde esta zona del sureste, Abd el-Aziz se dirigió por la costa para controlar todo el Levante, sometiendo Valencia y Sagunto.

No salieron ejércitos en primavera para realizar nuevas conquistas, y Abd el-Aziz organizó otros planes igualmente efectivos.

Esa autonomía sólo les duró hasta el año 732, en que Al-Gafiqi la sometió totalmente antes de partir hacia Poitiers.

Finalmente, sin embargo, Omar II optó por continuar en la península ibérica y nombrar un nuevo gobernador, al-Samh ben Málik (718–721).

Este reparto del botín tenía un efecto político y psicológico, pues mostraba a las claras que la decisión tomada por Omar II de permanecer en la península era definitiva.

Durante tres años solo se realizaron incursiones a pequeña escala bajo el mando de sus subordinados militares.

Todas cayeron en esta campaña: comenzó con Carcasona, en 724, y acabó en Nimes, punto extremo del dominio visigodo en la Galia, en 725.

Pero ya antes (en una fecha incierta entre 718 y 722, aunque más probable esta última) había estallado la revuelta en Asturias contra los conquistadores, capitaneada por el noble visigodo Pelayo, que obtuvo una victoria en la denominada batalla de Covadonga.

La presencia de poblaciones musulmanas, iniciaron en el terreno lingüístico la progresiva, aunque lenta, arabización del Ándalus.

Alrededor de la conquista musulmana existe un cierto debate historiográfico, en el que se han confrontado diversas lecturas del proceso.

Este deriva de las inconsistencias generadas por información procedente de las principales fuentes disponibles, entre las cuales se encuentran: Las interpretaciones más fieles a estos relatos han sido criticadas por algunos historiadores como Thomas F. Glick, quien en su trabajo «Cristianos y musulmanes en la España Medieval» (1991), ponía en duda gran parte del relato.

Mapa representativo de la división del reino visigodo.
Reino Visigodo antes de la conquista musulmana.
El rey Don Rodrigo arengando a sus tropas en la batalla de Guadalete , de Bernardo Blanco. 1871. ( Museo del Prado , Madrid ).
Guerreros musulmanes representados en el manuscrito musulmán de la Maqamat Al-Hariri مقامات الحريري , aprox. del siglo XI . Yahya ibn Mahmud al-Wasiti
Sucesivas campañas durante la conquista de la península ibérica desde el 711 hasta la batalla de Poitiers, el final del avance de los árabes en el Norte.
Peña Amaya , capital del Ducado de Cantabria , en la ahora provincia de Burgos . En primer plano a la derecha, los restos arqueológicos del poblado altomedieval de Amaya . La fortaleza se situaría al fondo, en lo alto del promontorio de El Castillo.
Expansión del califato omeya .
Los reinos de taifas en 1037.
Los reinos de taifas en 1080.