[1] Tanto Vélez-Blanco como Vélez-Rubio comparten los mismos gentilicios, egetano y egetana, aunque cabe destacar que este término fue acuñado en primera instancia por Vélez-Blanco y, más tarde, Vélez-Rubio adoptó el mismo vocablo para sus habitantes.
La Morería constituye el núcleo más primitivo, con sus viviendas escalonadas teniendo siempre como eje el Castillo.
Entre esta muralla y la segunda línea se encuentra el barrio de La Morería.
Las murallas exteriores bajaban desde la fuente de los Cinco Caños hasta la plazoleta del Mesón, bordeaba las calles de Palacio y Calasparra y en su conjunción se abría un portillo para salida a las huertas.
La población rebasa el barrio de la Morería y se abren nuevas calles y se construyen nuevas viviendas destinadas a albergar a la población cristiana.
Se edifica la Iglesia de Santiago que pasará a convertirse en el eje en torno al cual gira la vida social y comercial del pueblo.
Este nuevo barrio, zona de expansión en el siglo XVIII, queda organizado en torno al eje formado por la calle San Francisco, a partir de la cual, y siguiendo la topografía del terreno, se irán levantando las casas.
En los siglos XVII y el XVIII, con el aumento demográfico experimentado en la población, se termina de configurar el casco histórico.
Además de la cabecera municipal, Vélez-Blanco cuenta también con varias entidades de población según el nomenclátor publicado por el Instituto Nacional de Estadística: Alara, Alcoluche, Canales, Derde, Las Juntas, Macián, Las Cobatillas, Mancheño, Los Molinos, Montailón, Montalviche, El Piar, Rambla Seca, El Río Claro, Solana, El Cercado, Taibena y Topares.
El municipio cuenta con un escudo, bandera y logotipo adoptados de manera oficial.
[6] Su descripción heráldica es la siguiente: La enseña del municipio tiene la siguiente descripción: En Vélez-Blanco se puede encontrar el CPR Los Vélez, debiendo el alumnado acudir después al IES Velad Al Hamar, en la vecina localidad de Vélez Rubio, para continuar su educación obligatoria.
En 1981 el profesor Sergio Ripoll López retomó las investigaciones sistemáticas, trabajos que se han prolongado de una forma más o menos continuada hasta la actualidad.
Las excavaciones llevadas a cabo han permitido constatar la existencia de tres niveles solutrenses (entre 23.000 y 16.000 años antes del presente), mientras que los niveles postpaleolíticos documentados con anterioridad ya han desaparecido prácticamente de este yacimiento arqueológico.
menos de media) debían de ser muy rigurosas en los meses invernales y por lo tanto estos primeros velezanos -físicamente idénticos a nosotros- se trasladaban a otras zonas más cálidas, posiblemente hacia la costa.