Se trata de un municipio hispanófono, en el que el castellano cuenta con el predominio lingüístico reconocido legalmente.
En el momento de su fundación, la agricultura se dedicaba al lino y al cáñamo; en el siglo XIX, la caída del sector textil la hizo derivar a los cítricos y a los productos de la huerta, manteniendo también la agricultura de secano.
Actualmente también hay actividad industrial representada en los sectores de la construcción, manufactura y turismo.
Las comidas más típicas son el cocido con pelotas y el arroz con conejo.
Pero lo más importante de la gastronomía bigastrense es su repostería: almojábanas, toñas, almendrados, monas y soplillos.