Esta configuración pantanosa y encenagada queda confirmada en la documentación cartográfica que, sobre la Murcia de los siglos IX y XIII, aporta Robert Pocklington en su obra Estudios toponímicos en torno a los orígenes de Murcia.
Desde finales del siglo XVI, y gracias al esfuerzo de los frailes, estas tierras empantanadas fueron poco a poco saneándose mediante la apertura del "meranchon" y "landronas" adyacentes, siendo cedidas a colonos bajo el sistema de arrendamiento por "ocho vidas", sin que durante los cuatro primeros años se tuviera que pagar renta alguna.
En la segunda década del siglo XIX, concretamente durante el denominado Trienio Liberal (1821-1823), El Esparragal se constituyó en Ayuntamiento independiente, aunque esta situación no duraría mucho tiempo dadas las dificultades económicas para el sostenimiento de los gastos de tal institución, lo que le llevaría a integrarse nuevamente dentro del término municipal de Murcia.
Hacia 1850 El Esparragal es considerada jurídica y administrativamente como una diputación del municipio de Murcia, que Pascual Madoz describe señalando que en ella "hay muy pocas casas formando cuerpo de población, pues la mayor parte se hallan diseminadas por su término", contando con una población de 386 vecinos, que vienen a traducirse en unos 1450 habitantes.
Desde 1981 se detecta un continuo crecimiento poblacional que arranca en los 2294 habitantes del citado año y llega hasta los 3116 de 1996.