Se trata de un municipio hispanófono, en el que el español cuenta con el predominio lingüístico reconocido legalmente.
Sus calles son estrechas y empinadas, con un trazado urbano muy irregular, excepto en la parte baja que se asienta sobre el llano.
La tradición popular recuerda que «Jarafuel está en un alto, Jalance en una cuesta, Cofrentes entre dos ríos y Cortes a la traspuesta».
Sin embargo no es hasta el siglo XI cuando comienza el proceso de la población en torno a un asentamiento concreto.
En 1093, Al-Sarafá tiene nuevos dueños: los almorávides, que en 1045 habían entrado en la península llegaron potenciando la islamización de la población.
En 1145 los almorávides sucumbieron ante otro pueblo norteafricano: los almohades, mucho más ortodoxos e intransigentes que sus predecesores; no solo exigían una fe ciega en las enseñanzas del Corán, sino también el cumplimiento de unas severas normas morales.
En este sentido Jarafuel es la pieza imprescindible entre Teresa y Jalance, aparte de su valor estratégico como plaza que domina toda la comarca.
Será en 1212, en Las Navas de Tolosa, cuando veamos el desplome almohade y el largo ocaso del Islam en la península ibérica.
En 1429 el Marqués de Santillana volvió a atacar la villa y conquistar su fortaleza para los Reyes Castellanos.
La única industria autóctona que queda en el pueblo es la industria artesana del almez que es un árbol caducifolio propio del mediterráneo donde es habitual encontrarlo en los ribazos de las huertas sirviéndoles de sujeción; se poda cuando todavía es joven para dejar sólo un tocón del que van saliendo ramas de una madera muy dúctil y fibrosa y que se harán servir como materia prima para la elaboración de mangos, astiles, horcas, garrotes y otros aperos agrícolas.
Etelvino Serra Jiménez hijo del pueblo y persona muy querida realizó algunos trabajos en los que recogía los pormenores de una actividad artesanal que ya había sido descrita por el botánico Cavanilles en su viaje por el Reino de Valencia, a finales del siglo XVIII.
Arriba agitan al viento su cabellera de palos verdes, lisos, juncales, dirigidos desde pequeños por el oncete experto del agricultor para un día ser horcas.
Celebra sus fiestas patronales a San Coronado y Santa Catalina, del 24 al 29 de noviembre.
Del mozárabe perduran palabras como ababol, albercoque, aletría, compaña, falluto, morciguillo y pancha.
Voces procedentes del valenciano como acorar, calar, cangrena, charrar, endormiscarse, ensobinarse, esclafar, escupiñajo, espolsar, llanda, llueca, picola, polsaguera y revolico.