Selica Pérez Carpio
Niña aún, residiendo con su familia en Valencia, comenzó a tomar contacto con la vida teatral.Dado que sus hermanas mayores servían como coristas en el Teatro Ruzafa de Valencia, esto le permitiría asistir a funciones de zarzuela y opereta, las cuales se aprendía con prodigiosa memoria y las cantaba luego a sus amigas.Las críticas fueron de lo más favorables, y después Selica recorrió los escenarias españoles con éxito.En 1928 estrenó Los Flamencos, sainete lírico de Fernández Shaw y Vives, en cuyo dúo con José Romeu Parra intervino recibiendo del público un sonado aplauso.y de Serrano-Anguita, es nuestra compañera Mari Pepa, la insignia que le corresponde.Quien le dio vida nueva sabrá infundirle también rotarismo: nosotros estamos seguros porque es rotario quien cumple todos sus deberes y Vd.El propio Luis Sánchez Guerra responderá con otros versos titulados “Conste que la Mari Pepa es rotaria desde hoy”.Por entonces se liga sentimentalmente al periodista y militar republicano Leopoldo Bejarano Lozano, con quien luego se casará y del que tendrá una hija que tendrá su mismo nombre, Selica.