Luisa Fernanda, una bella joven inquilina de la posada, está enamorada desde antiguo de Javier, militar que se considera su novio, pero que cada vez viene menos a visitarla, en particular desde su ascenso a coronel.
En un momento en que Luisa Fernanda ha ido a la iglesia, aparece Javier por allí, logrando únicamente una reprimenda de Mariana por su informalidad.
Esta última conversación acaba cuando Aníbal se apercibe de que la Duquesa Carolina, que vive enfrente de la posada y tiene una declarada ideología monárquica, está en la ventana y podría oírlos.
Luisa Fernanda no cede y manifiesta a Vidal que está enamorada de otro hombre.
Vidal no pierde la esperanza, y, por ello, al enterarse por Aníbal de que Javier podría abrazar la causa liberal, se declara monárquico, menos por convicción personal que por llevar la contra a su antagonista.
El ambiente del lugar es festivo, y numerosas jovencitas acuden a la ermita con la idea de encontrar novio.
Mientras tanto Bizco Porras atiende el negocio y Aníbal no le sirve de mucha ayuda.
Unos días después hay un estallido revolucionario, en el que participan Nogales, Aníbal y Vidal Hernando de la parte liberal.
La Duquesa Carolina ha huido a Portugal, y Javier está desaparecido, dándosele por muerto en la batalla de Alcolea.