Una faceta paralela que el público de la zarzuela celebró con mucho éxito.
En especial entró en contacto con Ruperto Chapí, el segundo director del Teatro de la Zarzuela, Tomás Barrera Saavedra, posteriormente director de la orquesta, Gerónimo Giménez y otros.
A esta opereta le seguirán gran cantidad de otras obras escénicas.
En 1909 debutó en el Teatro Apolo, con Fuente escondida, pero no gozó de mucho éxito.
Sin embargo, su éxito se volvió a ver afectado por La alegría del amor, una opereta de corte erótico que no caló en la sociedad española de inicios del siglo XX.
Bajo su tutela se estrenaron obras de Conrado del Campo, Joaquín Turina, Rafael Millán, Jesús Guridi y el mismo Falla.
Luna no solo fue empresario del teatro, sino que también asumió la responsabilidad musical en el foso.