El suspiro del moro, Una aventura en París (1920), Los papiros (1921), etc... se mantenían con dificultades en cartel.
Con esta historia, Luna intentó volver a retomar las glorias de El niño judío.
La obra se basa en un cuento oriental Kisme originalmente compuesto por Paso y Ricardo González, la cual contó en su estreno con artistas míticos de la escena como las mexicanas Esperanza Iris o Mimí Derba.
Por otro lado, en los números corales y de mayor volumen, se presenta una orquesta majestuosa casi jugando un papel protagonista.
[2] Por ello, Benamor es una de esas obras cuyo éxito se debió a una hermosa partitura y no tanto al libreto.
La obra fue recibida con entusiasmo y éxito entre la sociedad española de principios del siglo XX, pues las críticas alababan el nuevo estreno de la opereta del maestro Luna y al espectáculo ofrecido por la compañía Iris.
Las grabaciones fonográficas o los arreglos para pianola nos dan la pista de sus momentos más celebrados.
Alifafe pretende pedirle un aumento de sueldo por los servicios prestados pero el Visir no le oye.
Su segundo hijo fue un niño e hizo la misma cosa y es ahora la princesa Benamor, a la que su hermano quiere esposar.
Benamor más impaciente quiere actuar inmediatamente pero Darío cree que el Visir encontrará la solución.
Mientras tanto el Visir trata de consultar a Zaratrusta para que le ilumine.
Llegan también al mercado los dos pretendientes que se encuentran con los príncipes y requiebran a la princesa Benamor, pero ésta los rechaza.
Aparece también el caballero español que quiere comprar a la muchacha Nitetis pero no tiene dinero.
Finalmente el caballero español propone para que el pueblo no se entere del cambio que ambos príncipes viajen a Europa de estudio durante tres años, entretanto será Sultana la madre y cuando regresen ya nadie les reconocerá.