La obra fue puesta en escena por Emilio Sagi Barba y Luisa Vela en sus personajes protagonistas.
A partir del año 1910 el panorama musical de teatro experimentó un nuevo cambio.
Los años anteriores, las zarzuelas y otras obras menores se vieron influenciadas por las operetas francesas cuyos textos fueron adaptados al costumbrismo español y regional.
En torno a 1910 toda Europa estaba al tanto de las obras del gran compositor Franz Lehár: La viuda alegre (1905), El conde de Luxemburgo (1909) y Eva viajaron por todos los países europeos y llegaron a España.
Todo está llevado en tono de humor y distensión.