[11] En 1846 se hizo cargo del local el empresario José de Salamanca, reformando su aforo con cabida para 1.600 espectadores, convirtiéndose así en el mejor local teatral madrileño del momento.
El teatro poseía su propia academia de baile y llegó a contar con Marius Petipa como bailarín principal.
[15] En 1851, la Sociedad Artística, cuyos miembros eran compositores de prestigio que querían dar impulso a la zarzuela, alquiló las instalaciones del teatro para presentar sus estrenos.
El viejo Circo Olímpico continuó programando zarzuelas,[16] hasta que en 1868, y con nuevo edificio del arquitecto Pedro Vidal y gerencia de William Parrish,[17][18] irrumpieron en él los «Bufos madrileños» de Francisco Arderíus que, adaptados del modelo francés, obtuvieron éxitos clamorosos.
[19] Los bufos alternaron escenario con las «compañías de verso», consagrando a grandes actores como Ricardo Calvo.
El Price se convirtió durante un tiempo en Circo Parish, hasta que recuperó su antiguo nombre a principios del siglo XX.