En el Teatro del Circo de Madrid logró éxitos apoteósicos, siendo muy aplaudida por personalidades como la reina Isabel II de España, o el marqués de Salamanca.
Llegó a Madrid en 1843, con 25 años, actuando en el Teatro del Circo.
Pero en España se interesó por bailes españoles y aprendió los pasos de la escuela bolera de baile, y el uso de castañuelas, logrando una maestría que la igualaba a las mejores bailarinas andaluzas.
Se conservan numerosas litografías y grabados representando a Marie Guy-Stéphan bailando.
En el texto se decía: "... lámina dedicada a la graciosa bailarina, la señora Guy Stephan, que acaba de volver a pisar el escenario del Circo, donde tantos y tan repetidos triunfos consiguió..."También existe un extraordinario retrato al daguerrotipo de una bailarina con castañuelas, hacia el año 1850, que se ha señalado que muy probablemente corresponda a Marie Guy-Stéphan.