Tras sus primeras experiencias circenses madrileñas en la calle Caballero de Gracia y, desde 1835, en la vecina plaza del Rey con el Circo Olímpico (luego Teatro del Circo y más tarde Circo Price), el «ecuyer» (caballista de circo) y empresario francés Monsieur Paul Laribeau abrió su propio local en el solar de los números 5 y 7 de la calle del Barquillo.
[nota 2] El nuevo local de Laribeau era un gran salón cuadrado,[6] con la pista próxima a la fachada para hacer más funcional el acceso de los animales del espectáculo circense (como había ocurrido en el Circo Olímpico) y tres grandes anfiteatros al fondo del corral además de algunas localidades en torno a la pista.
[10] Ese, año, en julio, Paul trajo como atracción al profesor de mecánica Mr.
Así lo dibujó Ibáñez Ibero, con su modesto escenario situado ahora al fondo del solar y una platea con galerías de palcos a los lados, dejando además un pasillo de acceso al escenario desde la calle; "bajo la crujía exterior, en el vestíbulo, estaba la escalera para subir al entresuelo y servicios para el público".
[14][15] El castizo Teatro Circo Paul, cantado en zarzuelas, coplas y habaneras, fue derribado en 1880.