[12][13] Intentó incluso celebrar una Olimpiada Popular en julio de 1936, abierta para todos aquellos participantes que no quisieran concurrir a unos Juegos en la Alemania Nazi, pero el evento nunca se puso en marcha por el golpe de Estado que daría inicio a la guerra civil española.
[18] Narcís Serra pidió su aval directamente al rey Juan Carlos I, firme defensor de la idea desde el primer minuto,[11] porque tenía dudas sobre la implicación del entonces presidente Leopoldo Calvo-Sotelo.
[56] Esto no se aplicó a los gastos personales, y si querían estar más tiempo debía sufragarlo el Comité Nacional correspondiente.
[58] En fútbol la media fue del 56% por la baja asistencia en las subsedes, pero más de 95 000 espectadores llenaron el Camp Nou para presenciar la final entre España y Polonia.
[26] La Villa Olímpica fue diseñada como un futuro barrio marítimo sobre la vieja zona industrial del Pueblo Nuevo, hasta entonces uno de los lugares más degradados.
El barrio del Valle de Hebrón fue reestructurado mediante un proyecto que combinaba zonas verdes con equipamientos deportivos y residencias.
[75][77] Se considera que el dispositivo fue un éxito, especialmente porque las organizaciones terroristas —Euskadi Ta Askatasuna (ETA) y Terra Lliure (TL)— no cometieron ningún atentado durante los Juegos.
[80] Por otro lado, más de 45 personas presuntamente vinculadas a TL fueron detenidas en junio del mismo año, en la apodada «Operación Garzón».
[26] Los arquitectos implicados —Josep Martorell, Oriol Bohigas, David Mackay y Albert Puigdomènech— idearon el proyecto como una construcción de nueva planta,[100] por lo que fue necesario desalojar toda la zona.
Representa una figura humana abstracta que está formada por tres trazos gestuales: azul en la cabeza, amarillo en los brazos y rojo en las piernas.
[108] En la parte inferior figuran la leyenda «Barcelona '92» y los anillos olímpicos, por lo que todo el conjunto recuerda a un saltador de vallas.
[110] Las campañas incluían el nombre en los cuatro idiomas oficiales: español, catalán («Amics per sempre»), francés («Amis pour la vie») e inglés («Friends for Life»).
OO. se tituló igual que el lema, Amigos para siempre,[116] compuesta por Andrew Lloyd Webber con letra de Don Black.
[120] Barcelona fue incluida en la banda sonora oficial y sus acordes sonaron en el encendido del pebetero, pero no se interpretó en ninguna ceremonia.
[123] Por primera vez se renunció a una forma simétrica; la parte anterior era plana, con la inscripción «Juegos de la XXV Olimpiada», mientras que la posterior era redondeada.
[125] El pebetero no se encontraba dentro del estadio, sino que estaba instalado en la fachada exterior y recordaba al timón de un barco mediterráneo.
La delegación de Grecia encabezó la marcha, como manda la tradición, y después salieron el resto por orden alfabético: desde Afganistán hasta Zimbabue.
Grandes favoritos como Serguéi Bubka (pértiga) y Noureddine Morceli (1500 m) se marcharon de vacío contra todo pronóstico, si bien este último logró resarcirse en Atlanta 1996.
Héctor Vinent (superligero), Juan Carlos Lemus (superwélter), Ariel Hernández (medio), Félix Savón (pesado) y Roberto Balado (superpesado).
[187] Las dos categorías femeninas tampoco depararon sorpresas: Erika Salumäe, campeona en Seúl por la URSS, revalidó el oro en velocidad bajo la bandera de la recién independizada Estonia,[190] y la alemana Petra Rossner se subió a lo más alto del podio en persecución.
[198] No obstante, Fréchette recurrió la decisión con la ayuda de Dick Pound, vicepresidente del COI, y la FINA terminó dándole la razón en 1993.
Si bien Italia llegaba como favorita, la selección española había mostrado una enorme progresión desde que Matutinović tomó las riendas, con un combinado de catalanes y madrileños liderados por Manel Estiarte.
En categoría individual, no obstante, el alemán Ludger Beerbaum y su caballo Classic Touch se impusieron al neerlandés Piet Raymakers.
[207] La categoría masculina estuvo dominada por los espadachines franceses, que obtuvieron cinco metales incluyendo los oros de Philippe Omnès (florete) y Éric Srecki (espada).
[211] El bielorruso Vitali Shcherbo fue la gran estrella de la competición al hacerse con seis oros, algo inédito en la gimnasia olímpica.
La sorpresa negativa fue Bulgaria, que no obtuvo ningún metal en esta prueba frente a los cuatro de la pasada edición.
En categoría masculina hubo una dura competencia; el británico Steve Redgrave sumó su tercer oro consecutivo en pareja con Matthew Pinsent, y Eslovenia logró sus primeras medallas como estado independiente (dos bronces).
Por otro lado, la leyenda alemana Boris Becker logró en dobles su único oro olímpico, formando pareja con Michael Stich para derrotar al dúo sudafricano de Wayne Ferreira y Piet Norval.
[237] Y en trap fue necesario desempatar para que el checoslovaco Petr Hrdlička se subiera a lo más alto del podio.
No hubo sorpresas en el medallero: los pelotaris españoles se llevaron cinco de los diez oros en juego, seguidos por México (tres) y Argentina (dos).