En 1977 pasó a entrenar en la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético (ESPA) de La Habana, y allí entró en contacto con el entrenador Hermes Riverí, que la llevaría a lograr sus mayores éxitos.
Su primera victoria importante a nivel absoluto llegó en 1983 en los Juegos Panamericanos de Caracas.
En 1991 sufrió una hernia discal que le impidió participar en los Juegos Panamericanos de La Habana.
Sin embargo un mes más tarde estuvo presente en los Campeonatos del Mundo de Tokio pese a no estar en las mejores condiciones físicas, y ocupó la 10.ª posición.
Ya en los Juegos Olímpicos, las europeas del Este, tradicionales dominadoras de esta prueba, partían como favoritas, sobre todo la búlgara Tsvetanka Khristova, la alemana Ilke Wyludda y la rusa Larisa Korotkevich, todas con mejor marca que Martén.